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Motes, insultos y hacer el vacío, radiografía del 'bullying' en los institutos de Ourense

Entre el 50 y el 62% del alumnado de ESO admite este tipo de comportamientos alguna vez en el último año, y entre el 12 y el 23% revela que el acoso al compañero fue reiterado

Alumnos de un instituto de Ourense, a la salida de clase. // Brais Lorenzo

La profesora de la Facultad de Ciencias de la Educación de Ourense y experta en acoso escolar, María Victoria Carrera, ha plasmado en un estudio la prevalencia del 'bullying' y el 'ciberbullying' en los institutos de la capital de As Burgas. Los resultados obtenidos ofrecen una radiografía de este fenómeno en la ciudad que, tal y como explica la investigadora, son similares a los que se han obtenido en otros estudios.

Ourense no se libra pues de estos comportamientos a los que habría que poner freno a base de "empatía". El estudio liderado por Carrera concluye que el acoso escolar se puede prevenir y para ello son necesarios "programas educativos inclusivos".

El proyecto, titulado "(Ciber)bullying, heteronormatividad y etnocentrismo" está financiado por el programa INOU 2016 y además de la incidencia de estos comportamientos en los centros de Ourense, analiza la influencia de los estereotipos de género y las actitudes sexistas hacia la diversidad sexual. Para conocer la radiografía del acoso escolar tanto 'online' como 'offline', la profesora Carrera y su equipo integrado por Xosé Manuel Cid, Antonio González y Yolanda Rodríguez contaron con la participación de 623 adolescentes de tercer y cuarto curto de ESO.

Las encuestas realizadas revelan que los motes, hacer el vacío y los insultos son las conductas más frecuentes, situaciones que no siempre se producen de forma reiterada. El 62% del alumnado admite que alguna vez en el último año ha utilizado sobrenombres y el 60% reconoce que en alguna ocasión aisló a algún compañero. Esconderle algunas cosas a otro estudiante o insultar es algo que al menos una vez ha hecho más de la mitad del grupo analizado. En menor medida, pero por encima del 35%, se producen burlas y agresiones físicas.

Cuando el 'bullying' es sistemático, la incidencia es más baja, pero los porcentajes siguen siendo significativos. El 23% de los estudiantes de los dos últimos cursos de ESO de Ourense admite que utiliza motes de manera habitual. Por debajo de ese índice se sitúan conductas que provocan el aislamiento, esconder cosas e insultos. El 12% reconoce que se burla de la víctima y el 9% la agrede físicamente de forma reiterada. Carrera señala que el mero hecho de que un chico o chica se vea ignorado constantemente por sus compañeros puede parecer poco importante pero ser muy doloroso y difícil de soportar para esa persona.

En cuanto al 'ciberbullying', las situaciones más frecuentes detectadas en este estudio son el envío de mensajes amenazantes o insultantes, escribir rumores, chismes o comentarios que ponen en ridículo a un compañero, difundir secretos, información o fotos comprometidas de alguien, colgar o enviar imágenes de compañeros que pueden ser humillantes y eliminar a alguien intencionadamente de un grupo en una red social. Entre el 17 y el 13% de los 623 estudiantes consultados por la investigadora reconoce que alguna vez ha tenido este tipo de comportamientos. De forma reiterada, la incidencia es mucho menor, con porcentajes por debajo del 4%.

Las situaciones de índole sexual tienen una incidencia muy baja pero existen. Menos del 3% los consultados admite haber gravado vídeos o fotos a un compañero en algún comportamiento de carácter sexual o mientras es golpeado o humillado por otras personas. Y menos del 1% lo hacen de forma sistemática.

El 'ciberbullying', explica Carrera, es "similar al 'bullying' porque es un comportamiento violento donde hay un desequilibrio de poder. En todo caso, apunta, "esto no es un problema tecnológico, sigue siendo un problema relacional y de valores". Las causas, añade, "son las mismas pero la tecnología convierte estas situaciones en más perversas por las repercusiones que tiene".

Atendiendo al género, la investigadora observa que los chicos ejercen más significativamente que las chicas tanto el acoso presencial como el virtual, mientras que entre las víctimas no hay distinción. Asimismo, y tal y como preveía el equipo de trabajo, los chicos apoyan más al agresor, mientras que las chicas suelen ponerse del lado de la víctima.

Los resutados, indica Carrera, ponen de relieve que "la promoción de la empatía, las actitudes igualitarias y positivas hacia la diversidad sexual y cultural son factores clave" para prevenir estas conductas.

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