El teniente fiscal de Ourense, Carlos Valenzuela, ha solicitado esta semana la celebración de una comparecencia en la Audiencia Provincial para decidir si el maltratador de un bebé, condenado en primera instancia, debe ingresar en la cárcel antes de que el Tribunal Supremo dicte sentencia firme. La Fiscalía apela a la gravedad de los hechos, a la pena impuesta inicialmente -9 años y 10 meses- y al riesgo de fuga, para pedir el ingreso en este momento procesal de Víctor Gómez Fernández, de 34 años. El joven fue el único detenido tras descubrirse la situación de malos tratos, en marzo de 2014. El juez lo dejó en libertad provisional porque el fiscal no pidió prisión entonces. Como medida cautelar se impuso una orden de alejamiento.

En cambio, la Fiscalía considera que la madre del menor, condenada como responsable por omisión, puede esperar al fallo definitivo en libertad. Alba Pérez Camba, ourensana de 26 años, está sentenciada en primera instancia a una pena de 6 años y 4 meses. La Audiencia Provincial llegó a la convicción de que conocía las palizas pero no hizo nada para evitarlas.

La sala tomará una decisión sobre el joven, expareja de la madre, la próxima semana, según indican fuentes del tribunal. A diferencia de en la fase de instrucción, al existir ahora una medida que se adopta con una resolucion condenatoria con penas graves, el riesgo de fuga se acrecentaría. Entre otros factores, tendrán que valorar su arraigo.

El autor material fue condenado a 1 año y 10 meses por maltrato habitual en el ámbito familiar, a 4 años por lesiones y a otros 4 por el mismo delito, por la apreciación de la excusa absolutoria incompleta de desistimiento activo en tentativa de asesinato. Alba fue condenada a 6 años y 4 meses como responsable por omisión de dichas agresiones. La Fiscalía elevaba la solicitud de penas a casi 15 años en su caso, al entender que la agresión que llevó al hospital al niño -una fractura de cráneo con edema que pudo causarle la muerte- era un intento de asesinato. El fiscal no descartaba recurrir en casación para seguir defendiendo esta postura, pero finalmente acepta el criterio de los magistrados de la Audiencia Provincial y no lo hará.

El tribunal ourensano convino que las lesiones que motivaron el ingreso, el 20 de marzo de 2014, "podrían haberle causado la muerte", pero absolvieron al joven y a la madre -rompieron tras los hechos- del delito imputado de tentativa de asesinato por el hecho de que Víctor hizo un masaje cardíaco al pequeño y lo llevaron al hospital, lo que en el argot jurídico se conoce como desistimiento activo. Además, los magistrados concluyeron que la madre no tenía conocimiento de ese delito, porque ya no se encontraba en casa durante dicha agresión. El fiscal reprobaba que el acusado no hubiese requerido asistencia médica de inmediato y, en cambio, recorriese toda la ciudad para ir a buscar a la madre del pequeño antes de llevar al niño al hospital. Una maniobra para llegar a "un acuerdo entre ambos acusados para justificar las lesiones", según la resolución de la Audiencia.

El abogado defensor de la madre, Nemesio Barxa, ya ha anunciado a la Audiencia Provincial de Ourense que recurrirá la sentencia en casación ante el Tribunal Supremo. En el juicio, la madre afirmó que no era conocedora de las palizas porque no las habría consentido. "Tuvo que ser él, pero yo no lo vi", manifestó en su interrogatorio.

Sin embargo, la Sala también responsabiliza a la progenitora, al entender que los síntomas de malos tratos, como dolores, dificultad de movimiento, el arrastramiento de una pierna o el llanto, "eran visibles y notorios para cualquier persona, lo que acrecienta la percepción de que eran reconocibles y conocidos por quien lo cuidaba desde su nacimiento (...) Es realmente imposible que quien se ocupaba habitualmente del menor no se percatara".

Ese razonamiento se repite a lo largo de la sentencia que trata de revocar la defensa. La mujer, según los magistrados de la Audiencia de Ourense, "debió extremar los deberes de cuidado para detectar lo que acontecía (...) Quien bañaba, vestía y daba de comer al menor era consciente del estado que padecía. A pesar de ello no realizó ninguna acción para evitar y poner cese a esta situación. Conocía los malos tratos y consintió que se prolongara en el tiempo".

Víctor Gómez está representado en Ourense por una abogada de oficio, por lo que de su defensa ante el alto tribunal tendrá que encargarse un profesional de Madrid designado por el turno de justicia gratuita.