La subida del cauce del río Miño en la primera semana de febrero, a causa del temporal de lluvias, mantiene todavía inutilizadas desde entonces las termas de A Chavasqueira para uso termal y turístico.
Miembros de Protección Civil instalaron unas cintas protectoras sellando el entorno y carteles que advierten de la prohibición de sumergirse en las pozas al estar afectadas, tras la subida, por depósitos de arena y suciedad en su interior.
No obstante, ayer algún bañista hacía caso omiso de las indicaciones y se sumergía en la zona de A Chavasqueira, pese a la labor de vigilancia que han realizado efectivos de Protección Civil.
La entrada de piedras, lodo y arena en las pozas, a causa de la subida del agua del Miño, las dejó insalubres para la inmersión en tanto el Concello no proceda a su limpieza.
Fueron solo tres días de intensas lluvias, las que se produjeron en la primera semana de febrero en Ourense, pero lo suficiente ya para cubrir las instalaciones termales más próximas al río, así como la zona de O Tinteiro que tuvo también problemas de acceso a la fuente termal.
En el mismo mes de febrero del pasado año se produjo también la primera crecida anual por la subida del Miño que fue entonces más virulento y causó daños estimados entonces por el Concello en unos 300.000 euros.
Con cada crecida similar a la producida el pasado año, -la época de lluvias de 2017 solo acaba de empezar- se estima que los gastos de reparación de los daños ocurridos en las instalaciones no bajan de los 90.000 euros.
La situación nada más comenzar las lluvias, vuelve a poner sobre la mesa un debate que se repite cada año y que desde la inauguración de las termas suma millones de euros en reparación de daños por inundación: ¿es el lugar más adecuado para unas pozas públicas? ¿Por qué las instalaciones termales de explotación privada, fueron ubicada en una cota superior, que difícilmente se ve afectada por las crecidas? Pero ningún gobierno local ha visto operativo por ahora hacer pozas alejadas del río.
