Pablo Rodríguez tiene 31 años. Estudió climatización, una especialidad dirigida a la construcción, pero la crisis del ladrillo lo dejó a él y a otros cuantos de su sector sin trabajo. Retomar el negocio familiar no era inicialmente su apuesta, pero ahora es su forma de vida. Tras la jubilación de su madre decidió retomar las riendas y mantener abierta la única tienda de sombreros que hay en la ciudad, La Lucha, un negocio emblemático de la calle de las Tiendas. Reconoce que el paro ha hecho posible que algunos negocios familiares tengan recambio. En su caso, el sombrero "siempre está de moda, viene gente de todas las edades desde jóvenes, por las moda,s hasta personas mayores". Ourense sigue teniendo tienda especializada en sombreros, gracias a la apuesta de un joven, Pablo.