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Velas de Nunca Máis que alumbraron cinco días sin luz en una casa de Amoeiro

Hasta ayer al mediodía no fue atendida la avería del suministro eléctrico en la aldea de As Castañas, provocada por el temporal

La vivienda de As Castañas que estuvo cinco días sin luz. // Iñaki Osorio

El propietario no quiere protagonismo y evita la foto pero no tiene intención de echarse atrás en la denuncia que planteará ante la compañía eléctrica que le mantuvo, a él y su hermano, cinco días sin luz. Ocurrió en el lugar de As Castañas, Amoeiro, donde el viento provocó la caída de un cable del tendido y cortó el suministro de la vivienda de este vecino, Urbano Rodríguez Vázquez, uno más entre los miles de gallegos que se quedaron sin luz y probablemente uno de los últimos en recuperarla.

El incidente ocurrió el pasado viernes. "Llamé la primera vez y nada, la segunda nada, me cansé de escuchar que me mantuviese a la espera y que me atenderían tan pronto como fuese posible, pero pasaban cuatro minutos y la llamada terminaba", relata. Ya por la tarde logró que le tomasen los datos y se comprometieron a acudir. "Pero llegó el sábado y allí no apareció nadie, volví a llamar y nada, ni el domingo ni el lunes, fue agotador, llegué a llamar 19 veces en un día", explica Urbano Rodríguez.

Finalmente, la brigada se presentó ayer a las 12.00 horas y los operarios resolvieron el problema "en 20 minutos". Hasta ese momento, Urbano y su hermano se vieron obligados a iluminarse con velas, cocinar platos básicos en una cocina de butano y trasladar toda la comida refrigerada a los arcones que tienen en una granja en otra localidad que no se vio afectada por el corte de luz. "Vivimos esos días a la manera tradicional y desde que se hacía de noche, hablando mucho, repasando la vida". Para iluminarse, Urbano, que hace años participó en las protestas por la catástrofe del "Prestige", recuperó "una bolsa que tenía con velas de una de las concentraciones que celebramos". Con ellas alumbraron la vivienda durante estos cinco días. Ayer, en cuanto la luz regresó al hogar, se deshizo de ellas rápidamente: "Solo quiero olvidar esta pesadilla, tenía toda la casa llena de cera y las tiré enseguida. Lo que ha pasado es inaceptable, indigno, no tiene justificación".

Anuncia una reclamación "contundente" y anima a los afectados a "no resignarse".

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