La Audiencia Provincial de Ourense considera que tanto la madre como quien era su expareja son responsables de las graves lesiones que casi le cuestan la vida a un bebé en marzo de 2014. El tribunal notificó esta mañana una sentencia que impone más de 6 años de prisión a la progenitora, como responsable por omisión, y cerca de 10 al autor de las palizas, su exnovio. Ambos son absueltos del delito de tentativa de asesinato que les imputaba la Fiscalía.

La Sala acredita que Víctor Gómez Fernández, ourensano de 34 años, "aprovechándose de la escasa edad del menor y su incapacidad por ese motivo de ofrecer resistencia o defensa alguna, sometió al menor en el domicilio familiar a golpes y zarandeos violentos de forma reiterada, realizando tales acciones bien con ánimo de atentar contra la integridad física del menor, bien representándose que tales acciones iban a causar lesiones al bebé, pese a lo cual continuó realizando tales acciones, sin que la madre", Alba Pérez Camba, ourensana de 26 años, "realizara actuación alguna para evitar que tales golpes y zarandeos violentos y reiterados continuasen, a pesar de ser consciente, por las evidencias físicas, de que éstos se estaban produciendo y de que con ellos se estaban a causando lesiones al menor".

El tribunal añade que el día del ingreso, el 20 de marzo de 2014, "en el periodo que media entre las 7.50 y las 9.30 horas, Víctor Gómez Fernández preso de la ira, a buen seguro ante los lloros del niño, bien por demandar alimento o por motivo de proceso catarral, cogió al menor y procedió a agitarlo y a golpearlo fuertemente contra un superficie lisa". Las lesiones sufridas "podrían haberle causado la muerte si no fuese objeto de tratamiento médico".

Cuando el joven fue consciente de su acción, y al apreciar que el bebé estaba en riesgo vital, "procedió a reanimar al menor mediante una maniobra de masaje cardiaco que impartió con dos dedos sobre el pecho del menor, insuflando aire a través de su boca. A pesar de la gravedad que presentaba y pese a encontrarse en las proximidades del Centro Hospitalario de Ourense, Víctor no procedió a llamar a una ambulancia, ni se dirigió al Centro Hospitalario sino que decidió con carácter previo recoger a Alba del lugar en el que se encontraba, y para ello la llamó por teléfono a las 9.35, indicándole que saliese del curso "que el menor se le iba".

A las 10 de ese día, el pequeño "ingresó en el complejo hospitalario, siendo diagnosticado inicialmente de un episodio de muerte súbita, sin que por los acusados se hubiese manifestado la existencia de accidente, golpe o fractura alguna, limitándose a indicar que cuando Víctor detuvo el vehículo en el acceso a urgencias, propinó un fuerte frenazo, lo que motivo un movimiento oscilante del menor sobre el pecho de la madre, quien lo tenía en brazos. Fue trasladado a la UCI, siendo monitorizado e instalada vía central, recibiendo inicialmente tratamiento de estabilización, sufriendo crisis convulsivas. El día 21 a través de un TAC le fue descubierta la fractura craneal. A las 48 horas presenta crisis tónicas de hemicuerpo derecho (crisis epilépticas) con hemiparexia izquierda que ceden con tratamiento anticomicial, necesario para evitar su fallecimiento".

Los forenses habían sido categóricos en el juicio. "Nunca había visto un caso tan claro, florido y característico del llamado síndrome del bebé maltratado, golpeado o agitado", dijo el subdirector del Instituto de Medicina Legal (Imelga) en Ourense.

El joven es condenado a 1 año y 10 meses por maltrato habitual, a 4 años por lesiones y a otros 4 años por el mismo delito, por apreciación de la excusa absolutoria incompleta de desestimiento activo en tentativa de asesinato (por el hecho de llevarlo al hospital). La madre es responsable de maltrato habitual por omisión (1 año y 10 meses de prisión), así como de un segundo delito de lesiones por omisión (4 años y 6 meses de cárcel). Además, los acusados deberán abonar de forma conjunta y solidaria 12.000 euros a la representación legal del menor. A mayores, Víctor Gómez pagará otros 6.000. Ambos agresores tendrán que satisfacer al Sergas cerca de 25.000 euros por los gastos médicos del menor.

En el juicio, los acusados negaron culpa alguna. Víctor Gómez aseguró que nunca le había puesto la mano encima al niña, y trató de justificar su lesiones con maniobras de reanimación o golpes fortuitos en el coche. "Nunca le puse la mano encima", repitió. Por su parte, la madre afirmó que no era conocedora de las palizas porque no las habría consentido. "Tuvo que ser él, pero yo no lo vi", afirmó la progenitora La Audiencia considera que hay pruebas suficientes para tumbar el principio de presunción de inocencia.

La sentencia, de 75 folios y de la que ha sido ponente el presidente de la Audiencia Provincial, Antonio Piña, aún no es firme. Las defensas pueden interponer recurso de casación ante el Tribunal Supremo, y es muy probable que lo hagan.