La lluvia caída los últimos días no ha sido suficiente para recuperar la normalidad hidrológica en la demarcación Miño-Sil. Los embalses se encuentran al 58% de su capacidad máxima, todavía quince puntos por debajo de la media histórica en esta época del año, y los caudales de los ríos han llegado a puntos elevados aunque sin riesgo serio de desbordamiento en la provincia. La alerta llegó a activarse ayer por la mañana en el río Avia, en Ribadavia, pero se desactivó a las pocas horas.

A pesar de estos picos de agua, y la intensidad de las precipitaciones caídas desde el jueves, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil mantiene la prealerta por sequía decretada el pasado 13 de enero. El presidente del organismo, Francisco Marín, indicó ayer que si bien la situación hidrológica ha mejorado mucho con las lluvias registradas entre el jueves y el domingo, "para acercarnos a la normalidad necesita seguir lloviendo". Lo deseable, resume, sería "tanta cantidad como ha llovido estos días" en las próximas dos semanas.

Explica Marín que con un 58% de agua embalsada "estamos muy lejos de la media histórica para la época, que se sitúa en el 72%". El año pasado por estas fechas la reserva hidráulica en la Miño-Sil estaba al 85%, por lo que la situación de prealerta se mantiene a la espera de lo que ocurra en las próximas semanas. De hecho, el presidente de la Hidrográfica explica que el protocolo establece la revisión de los indicadores a final de mes, "si no lloviese en los próximos días volveríamos a estar en lo mismo; es cierto que era peor hace diez días cuando los embalses estaban al 48% pero aún no estamos en una situación de agua embalsada satisfactoria".

En este sentido, el organismo de cuenca mantiene la vigilancia sobre los niveles y la evolución de los indicadores. Marín señala que lo óptimo para recuperar la normalidad sería lograr una precipitación media de entre 200 y 250 litros de agua por metro cuadrado en las próximas dos semanas. Lluvia que debería de producirse de forma progresiva "para evitar destrozos y arrastres".

El temporal de los últimos días dejó importantes descargas en la Serra do Suído, que hace frontera entre Ourense y Pontevedra y que, explica Francisco Marín, es la primera cadena montañosa importante con la que se encuentran las borrascas que entran desde el Atlántico por el sur de Galicia. En Beariz, de hecho, se registraron 374 l/m2 de precipitación acumulada en los cuatro días de temporal y el embalse de Albarellos dobló su volumen de agua embalsada pasando del 24% al 55%. En Ourense, la media fue de 100 litros por metro cuadrado y llegaron a cubrirse las termas de la ribera derecha del Miño, si bien ayer A Chavasqueira estaba otra vez despejada.

Con todo, los concellos trabajan desde ayer en la limpieza de los viales afectados por la caída de árboles y arrastres de vegetación, reparación de alumbrados y otras infraestructuras dañadas sobre todo por las fuertes rachas de viento, que llegaron a alcanzar los 180 km/h.

Ayudas

En Ribadavia, el alcalde socialista y diputado Ignacio Gómez, remitió ayer mismo un escrito al gobierno provincial solicitando que se pongan en marcha medidas de ayuda tanto económicas como materiales (maquinaria y brigadas) para colaborar en la reparación de los daños. Gómez pone como ejemplo su caso, en el que el Concello "se ve impotente para hacer frente a las numerosas incidencias".

La provincia va recuperando así la normalidad. La luz quedó restablecida el domingo y ayer se retomó el tráfico ferroviario en el tramo entre Ourense y Guillarei, perteneciente a la línea Ourense-Vigo, interrumpido desde la madrugada del viernes, día 3, entre Filgueira y Freixeira, debido al temporal de viento y lluvia. El servicio se reanudó para tracción diésel, mientras que los viajeros del Trenhotel entre Vigo y Barcelona harán el trayecto hasta Ourense por carretera y desde allí a destino en tren.

Por su parte, el Concello de Ourense reabrió ayer los parques de la ciudad que habían sido cerrados durante el temporal para evitar daños a las personas por los efectos de las fuertes rachas de viento. El servicio de bomberos constató la ausencia de alertas meteorológicas en los partes de la AEMET y Meteogalicia y ordenó reabrir los seis espacios públicos afectados por esta medida de prevención: San Lázaro, Barbaña, Quintela, Zapatilla, Alameda y Praza da Marina. Asimismo, operarios del servicio de Medio Ambiente supervisaron durante toda la mañana las incidencias producidas en los parques y procedieron a la retirada de las ramas caídas con el objetivo de facilitar la reapertura de estos espacios. Precisamente, indicó ayer el Concello, el cierre preventivo de parques evitó el desprendimiento de ramas de los árboles ocasionase contratiempos entre los ciudadanos. El incidente más grave se registró en el barrio de As Lagoas, donde la caída de un pino derribó parte del muro y el alambrado del Instituto de Seguridad e Higiene.

Las caídas en el suministro de electricidad provocadas también por los efectos de las ramas desprendidas se fueron corrigiendo a lo largo de la mañana de ayer.