El fiscal delegado de Violencia de Género, Julián Pardinas, solicitó ayer prisión preventiva para José Alén por el homicidio de su mujer, Virginia Ferradás Varela, de 55 años, un crimen registrado el domingo en O Carballiño. La magistrada de Instrucción 2 de esa localidad, la que lleva los delitos de violencia de género, se desplazó junto al representante del ministerio público al hospital de Ourense y tomó declaración al agresor, que tras los hechos no era consciente y permanecía bajo evaluación psiquiátrica en el CHUO. La juez notificará hoy su resolución. Al investigado lo representa una abogada de oficio. Aún no tenía el alta médica, por lo que no se descarta que permanezca recluido en el módulo de reclusos para que el examen médico continúe. En España solo hay dos prisiones -en Alicante y en Sevilla- para presos con problemas mentales.

La comparecencia se celebró ayer por la tarde, un día antes de que venciera el plazo de detención de 72 horas, y sin que los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal (Imelga) informaran sobre las capacidades del presunto homicida ni siquiera llegaran a examinarlo. El acto se prolongó durante casi una hora. El investigado llegó a declarar; el contenido no trascendió.

José Alén padece una demencia frontotemporal, una enfermedad progresiva e irreversible (afecta al área cerebral del comportamiento y el raciocinio). Puede acompañarse de brotes de agresividad e incluso de alucinaciones, según los expertos. El hombre ya había sido diagnosticado inicialmente pero continuaba en estudio en el área de salud mental. La mujer había detectado cambios de conducta y pidió ayuda a servicios sociales de O Carballiño para que una asistenta en el hogar le ayudara a cuidarlo. El 18 de enero, 11 días antes de los hechos, el hombre se subió al tejado y permaneció allí varias horas. El hombre fue atendido después pero recibió el alta a las pocas horas.

Personas del entorno de la víctima y representantes públicos creen que pudo haber fallos en el protocolo de actuación con este tipo de enfermos de salud mental, así como en las medidas de prevención de un caso de violencia. La Xunta de Galicia reconoce que es necesario "mejorar los protocolos" de actuación y avanzar en la coordinación. El Observatorio Galego da Violencia de Xénero trabaja en un marco de actuación "único" que se presentará "en breve", según la secretaria xeral de Igualdade, Susana López-Abella.

Creía que la mujer estaba bien

Cuando los agentes de la Policía Local y la Guardia Civil lo redujeron en la planta baja de la vivienda, medio desnudo y ensangrentado, José Alén, de 59 años, esgrimía un cuchillo y trataba de autolesionarse en el cuello. Tras la detención, el presunto homicida de O Carballiño no era consciente del crimen que había cometido. ¿Qué le pasó a tu mujer?, preguntaron al marido. "Está bien, en la habitación", dijo.

Los agentes, que ya conocían el crimen, se sorprendieron con la reacción del presunto agresor. Tras acceder a la vivienda por una ventana con ayuda del vehículo de emergencias, localizaron en primer lugar el cuerpo sin vida de Virginia Ferradás Varela, de 55 años. Su cadáver se encontraba de rodillas, junto a la cama del dormitorio. Había sangre en su ropa y en el lecho, aunque la causa de la muerte fue un estrangulamiento, tal y como acredita el informe preliminar de la autopsia. Fuentes de la investigación apuntaron a la posible utilización de un fular o de una almohada como mecanismo de asfixia. Otras voces suponen que el marido -que solo 11 días antes recibió el alta médica a las pocas horas, tras pasar 4 encaramado a su tejado- pudo emplear el cable de la lámpara de la mesilla.

El estado mental del presunto homicida podría limitar sus capacidades e incluso ser incompatible con la asunción de responsabilidades penales. Determinar si puede someterse a un interrogatorio en el juicio, o incluso ser imputado por el crimen de su mujer, depende de los forenses del Instituto de Medicina Legal (Imelga), en sintonía con los informes de los médicos de la unidad psiquiátrica del CHUO.

Al respecto, el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, manifestó ayer en un acto en Os Peares que "la situación médica" del hombre "no permite pasarlo a disposición judicial", por lo que su declaración tendrá que esperar al momento en el que "los equipos médicos consideren adecuado". Villanueva también dejó claro que pese a la asignación al juzgado competente todavía no se catalogó oficialmente que se trate de un caso de violencia machista.

Virginia Ferradás Varela fue enterrada ayer en su aldea natal de Lama de Campo, en el concello de O Irixo, donde residen sus padres. El crimen de O Carballiño ha pasado a manos de la juez de Instrucción 2 de la localidad, la que asume los delitos de violencia de género. El fiscal delegado para la materia, Julián Pardinas, guiará la instrucción.

Antes del sepelio, vecinos y miembros de la corporación local de O Irixo -de donde también es natural el presunto homicida- se concentraron frente a la casa consistorial en repulsa por los hechos. Guardaron 5 minutos de silencio.