Los familiares, amigos y compañeros de trabajo de Socorro Pérez, la ourensana asesinada en mayo de 2015 tras ser asaltada mientras hacía deporte, vuelven a manifestarse este miércoles para urgir justicia. El crimen permanece impune y la Policía no tiene sospechosos. Los allegados de la víctima reclaman soluciones, medios y respuestas tras 20 meses de pesquisas que no han dado resultado. Su última movilización tuvo lugar por partida doble en mayo de 2016, coincidiendo con el primer aniversario del crimen. Desde entonces no se ha avanzado en el esclarecimiento de este delito, que causó una gran consternación e incluso alarma social en Ourense.

A petición de la familia, el personal de los centros de trabajo de Socorro Pérez, que era limpiadora en la Universidad Laboral de Ourense, se concentrará este miércoles a las 12.10 horas en el recinto del centro docente.

El comisario jefe de la Policía Nacional en Ourense, Antonio Álvarez, aseguró hace unos días que la investigación sigue activa. Es el caso más grave pendiente de resolver en la demarcación, así como la desaparición de tres de las seis pistolas robadas en el búnker policial y la muerte de un agente del área de prensa que se atribuyó el robo de las armas y la elaboración de escritos anónimos que desencadenaron la llamada operación Zamburiña, con 4 policías antidroga investigados por presunto trato de favor a confidentes.

Socorro Pérez salió a hacer deporte, como acostumbraba, el sábado 2 de mayo. En el entorno del monte Seminario, en las afueras de la ciudad de Ourense, fue asaltada. La Policía maneja como principal hipótesis que un individuo la agrediera sexualmente y acabara con su vida, probablemente empleando una piedra. El cuerpo de la víctima no fue localizado hasta más de un mes después, en una zona que ya había sido rastreada. Unos cazadores amigos del padre vieron unos cuervos sobrevolando en un punto del monte y se adentraron.

El tiempo transcurrido a la intemperie borró vestigios, lo que ha dificultado sobremanera la investigación policial. Al principio, los agentes no descartan del todo una desaparición voluntaria. El testimonio de una persona que luego se desdijo volcó la búsqueda en la zona del Miño. Tras confirmarse el crimen, la comisaría dijo haber investigado la base de datos de agresores sexuales y cientos de conexiones telefónicas. La mujer no usaba redes sociales y llevaba una vida reservada, lo que según los agentes dificultó las pesquisas. Socorro tenía 44 años. Los suyos claman justicia.