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Los fachós retaron al frío en Castro Caldelas

-La localidad celebró ayer una de las fiestas más antiguas de Galicia, documentada en 1763 -El fuego se enciende al caer la noche y recorre toda la villa en honor a San Sebastián

El fachón gigante enfila las calles del casco histórico. // Jesús Regal

Castro Caldelas celebró ayer la Festa dos Fachós, una tradición documentada en 1763, fecha que la sitúa como una de las más antiguas de Galicia, "por no decir la más antigua", precisa la alcaldesa Sara Inés Vega. Sobre esta celebración, que consiste en una procesión con fachós de paja ardiendo por el casco histórico y el castillo, hay diversas interpretaciones y el propio Vicente Risco la relacionó con los ritos celtas de culto al sol.

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Con la que se queda el Concello es con la única que se puede demostrar con un documento escrito. El papel no es otro que la comunicación que los vecinos de la villa dirigieron al Nuncio Apostólico en 1763 para acreditar que la demanda que le habían hecho a San Sebastián se había cumplido. Le pedían que acabara con una epidemia de cólera que asoló la comarca. Los vecinos imploraron a San Sebastián y San Roque para que pusiesen fin a aquel desastre, hicieron una procesión y quemaron en una hoguera las pertenencias de los afectados.

La importancia de esta fiesta ha trascendido fronteras y son muchos los investigadores y antropólogos que acuden a Castro Caldelas para estudiar su ritual, así como curiosos atraídos por su origen ancestral o emigrantes que incluso posponen sus vacaciones para pasar estos días en la zona.

Además del elemento purificador de la peste, otras teorías relacionan esta fiesta de fuego con el fin de las labores agrícolas. "Esta zona ha vivido siempres de la agricultura, cuando acababan de recoger los frutos lo celebraban así", apunta Sara Inés Vega, que también refiere otras teorías que relacionan la procesión de los fachós "con la Santa Compaña".

La fiesta no tiene hora de inicio, comienza en el mismo instante en el que se apaga el último rayo de luz, ese momento de 'lusco e fusco' que marca el tránsito del día a la noche. El primero que se enciende es el principal, un fachón que como mínimo deberá medir 30 metros, por lo que su longitud dependerá de la disponibilidad de paja que haya ese año en el municipio. Antiguamente eran los vecinos los que la aportaban y hacían sus propios fachós individuales, pero desde hace un tiempo empezó a escasear este material. Fue por eso, recuerda la alcaldesa, "que nos hicimos cargo de la fiesta en el Concello y plantamos cada año centeno para poder asegurar los fachós".

El primero, una vez encendido, arranca en procesión acompañando a una figura que simboliza a San Sebastián. Numerosas personas lo sostienen elevado para marcar el camino que seguirán los vecinos, cada uno con su fachón. El Concello elaboró 600 para los que quisieron participar.

La comitiva parte del atrio de la iglesia, recorre el casco histórico y rodea el castillo para regresar nuevamente al punto de partida. El fachón gigante rodea la 'cacharela' en un baile "serpenteante y espectacular", describe la regidora, antes de consumirse en la hoguera con el resto de fachós y el San Sebastián de paja.

A partir de este momento comienza la fiesta gastronómica, con la degustación de chorizos elaborados por las chacineras de la zona, pan artesanal, vino y queimada. La música la puso este año el Folión O Irrio de Castro Caldelas, un grupo de nueva formación que debutó ayer recordando a otro de los personajes ancestrales de este municipio, el Irrio Peliqueiro. Como novedad, la fiesta eliminó los vasos de plástico y los cambió por cerámica de Niñodaguia. "Fue una petición que nos hicieron los escolares y la hemos cumplido", indicó Vega.

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