Nibia Aurora Cano Carrillo, de 49 años y vecina del barrio ourensano de O Couto, pasó 45 días en prisión provisional acusada de colaborar con una facción del Ejército de Liberación Nacional, ELN, y de haber participado en varios atentados terroristas en su país en los que fallecieron ocho personas. Ahora se ha demostrado que la denuncia era falsa y que, en realidad, ella misma era una víctima de esta organización.

Fue un preso colombiano que previamente la había extorsionado el que la inculpó cuando ésta dejó de "acceder a sus pretensiones económicas", señalándola como una peligrosa integrante del grupo terrorista. El documento oficial de cancelación de la orden de detención internacional aclara que este interno, "seguramente con el ánimo de recibir beneficios por colaboración con la justicia, (...) decidió extorsionarla y difamar en contra de ella, vinculándola a actividades terroristas".

Nueve días después de su sorpresivo arresto en el café Victoria de Ourense, la Fiscalía de Colombia ordenó la cancelación de la orden roja de captura expedida contra ella y su puesta en libertad inmediata. Sin embargo, esa resolución acordada el 30 de noviembre por la fiscal décima especializada, Doris S. Gaona Flórez, no se hizo efectiva hasta el 4 de enero, cuando Nibia Aurora ya había pasado un mes y medio privada de libertad, prácticamente incomunicada. Tras su detención en el café Victoria del barrio de O Couto pasó por los centros penitenciarios de Pereiro, León, Ávila y la Estremera de Madrid, del que salió el pasado miércoles a las 19.00 horas. Todavía tuvo que esperar al jueves a que el Juzgado Central de Instrucción número 2 de Madrid vinculado a la Audiencia Nacional le notificase en persona su puesta en libertad libre de cargos para volver a casa. Acto seguido, regresó a Ourense, donde ha optado quedarse unos días en el piso de una amiga.

Su abogado, Manuel Rodríguez, destacó ayer los difíciles trámites que ha tenido que cumplimentar para conseguir que Nibia regrese a su casa con el expediente limpio. "Se dijo de ella que era una terrorista y en realidad era una víctima más", explica el letrado. Lo primero, indicó, "era traerla a casa", pero lo siguiente será estudiar la posible reclamación de daños y perjuicios por el tiempo que esta mujer ha estado en prisión sin motivo alguno. "Tenemos que estudiar dónde está la negligencia, si aquí o en Colombia, y pedir algún tipo de indemnización", señala Rodríguez, que afirma que para lograr la liberación de Nibia ha tenido que tratar con el Juzgado Central, la Interpol y el Ministerio de Exteriores a través de la Embajada de Colombia en España.

La resolución de la Fiscalía de Colombia remitida a la oficina central de la Interpol en Colombia señala que el "material probatorio allegado posterior a la expedición de la orden de captura" en contra de Nibia Aurora "desvirtúa de plano lo afirmado por el denunciante". Se refiere al preso Edgar Andrés Castillo Gelvez, cuyo testimonio "fue aportado bajo la gravedad del juramento". El hecho de que la mujer no accediese a sus pretensiones le habría llevado a inculparla en las graves actividades terroristas en la que también implicó a su hermano Óscar Oved Cano Carrillo, detenido también y puesto en libertad dos días después.

Una mujer tranquila

La detención de Nibia a finales de noviembre causó una gran sorpresa en el barrio de O Couto, donde sus conocidos la definieron como una mujer afable y tranquila. Llevaba 14 años residiendo legalmente en España y "nunca se ocultó", destacaba ayer su letrado. De hecho, su arresto fue fácil porque no fue necesario buscarla. Estaba en el café Victoria cuando los agentes de la Policía Nacional la identificaron. Sin mediar palabra les acompañó a Comisaría y en ningún momento opuso resistencia.