Los días 18 y 19 de enero, la Audiencia Provincial de Ourense juzgará a la expareja acusada del intento de asesinato de un bebé que solo tenía 10 meses cuando ingresó en estado muy grave, con múltiples fracturas por todo el cuerpo. En el banquillo se sentará el exnovio de la madre, V. G. F., el presunto autor de las palizas. La progenitora, A. P. C., también será juzgada porque, según la Fiscalía, no "hizo nada" para impedir las agresiones a su pequeño.

La Fiscalía de Ourense solicita 12 años y 8 meses entre rejas para ella, y 14 años y 10 meses para él, por los presuntos delitos de tentativa de asesinato, lesiones y malos tratos en el ámbito familiar. Ella presuntamente consentía las palizas de su expareja al bebé, por lo que se sentará en el banquillo como presunta responsable por omisión. En el sumario ejerce la acusación particular la Xunta de Galicia, el "padre" legal a todos los efectos al ejercer la tutela desde que salió a la luz el grave caso de malos tratos.

I. estuvo entre la vida y la muerte con solo 10 meses. En marzo de 2014 ingresó muy grave en el hospital de Ourense. Las exploraciones detectaron un cuadro brutal: fracturas múltiples, infección respiratoria, laringitis, contusión y hemorragia craneales. El niño sufrió daños en el cráneo, las costillas, el fémur y extremidades medias (huesos largos, cúbito y radio), además de lesiones cutáneas y hemorragias de retina. Los médicos activaron el protocolo de malos tratos y el juzgado puso en marcha la investigación. Hasta 8 miembros de la familia -abuelos y una bisabuela, incluidos- llegaron a estar imputados. Pronto las sospechas se centraron en dos personas: en la madre del bebé, A. P. C., y en el que era su pareja, V. G. F., el único que fue detenido por estos hechos.

Ambos investigados aún mantenían una relación sentimental cuando salieron a la luz los malos tratos al bebé de Ourense, en marzo de 2014. Los imputados convivían desde enero de ese año y custodiaban al bebé maltratado -fruto de una relación anterior de la madre-, junto a una niña de 4 años, hija del acusado. El niño fue atendido en estado crítico en el servicio de pediatría del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO). Los acusados lo llevaron a urgencias el 20 de marzo. Estuvo ingresado hasta el 8 de abril.

La Fiscalía sostiene que V. G. F. golpeaba al niño y que la madre "no hacía absolutamente nada" por impedirlo. La acusación describe varios episodios. Las palizas habrían comenzado en febrero de 2014. Presuntamente el hombre cogía al bebé por los brazos y las piernas, moviéndolo "de forma brusca, violenta y reiterada", causándole heridas. El ministerio público sostiene que la madre no intervenía para evitar los ataques, ni le prestó auxilio.

Según esta versión, entre febrero y marzo de 2014, el acusado agredió al pequeño, causándole las múltiples fracturas por todo el cuerpo que fueron detectadas en la UCI Pediátrica. El menor tuvo que recibir varias asistencias médicas. Insiste la Fiscalía en que "la conducta agresiva y violenta del acusado era conocida por su madre, que en todo momento una conducta de aquiescencia y pasividad, sin tratar de impedir a su compañero sentimental continuar con las agresiones al menor".

La acusación relata un episodio de intento de asesinato. El exnovio de la madre se quedaba al cuidado todas las mañanas, desde el mes de febrero del 2014, mientras la acusada acudía a un curso en Cáritas. En días posteriores al 20 de marzo y presuntamente con la intención de matar al bebé, el acusado procedió a golpear su cabeza contra un objeto no determinado pero consistente. El niño sufrió un traumatismo craneoencefálico con fractura y lesiones en el cráneo.

Según la Fiscalía, existió "un riesgo elevado para su vida". Y mantiene que "para poder llevar a cabo su acción agresiva y violenta sobre el menor", el exnovio contó "con la colaboración de la acusada, la cual pese a tener pleno conocimiento de que su hijo menor estaba siendo golpeado y maltratado por su compañero sentimental no hizo nada para impedir que continuase su acción ni para proteger a su hijo". Presuntamente, la madre "consintió" que V. G. F. "llevara a cabo los ataques con total impunidad, no denunciando los hechos y persistiendo con su conducta permisiva y omisiva".

La acusación ve agravantes de alevosía y parentesco. Pide que los acusados indemnicen al menor con 18.000 euros en concepto de daños físicos y morales. Si son condenados, deberán abonar al Sergas 24.744'95. La Fiscalía también solicita órdenes de alejamiento de elevada duración.

Los acusados niegan culpa

El exnovio negó la agresión y adujo que los moratones se debieron a un intento por reanimarlo de un supuesto caso de muerte súbita. También intentaron explorar las defensas la posibilidad de que el pequeño, que nació prematuro, padeciera una enfermedad rara como la de los "huesos de cristal". Las declaraciones de médicos y los informes del hospital lo descartaron.

La madre declaró dos veces. En la última afirmó que, en una revisión periódica con el pediatra, 3 días antes del ingreso, su hijo, que viajaba en sus brazos y sin cinturón , recibió un golpe al llegar al hospital, por un frenazo del coche. También reconoció que su expareja llevaba meses menos pendiente y restaba importancia al estado del niño cuando proponía llevarlo a consulta: "Ya se le pasará".

El pediatra que atendió al niño 3 días antes de su ingreso, uno de los testigos en esta causa, no vio violencia, creyó que un moratón podía deberse a un traumatismo y una hemorragia en un ojo, a la tos, pues tenía catarro. La madre fue a un curso el día en que el menor terminó en urgencias. La noche anterior, según sus manifestaciones, el niño no se quejaba ni lloraba. Cuando se marchó de casa, el pequeño aún dormía.