Sesenta vecinos de Dacón realizaron ayer su vigésimo noveno Belén Viviente, desde las once a las doce y media de la mañana, en la plaza del pueblo. La representación se inició en la plaza, cuando la Virgen María y San José buscaban un lugar para pasar la noche, que una y otra vez les fue denegado. La emoción estuvo a flor de piel, por la intervención de un narrador, que comentó la secuencia histórica, y el diálogo de los principales protagonistas.

En esta ocasión, Aitana representó (sin llegar a enterarse, por los pocos meses que tiene de vida), la figura del Niño Jesús. Y sus padres biológicos, Carla y José Manuel, se prestaron a representar el papel de la Virgen María y San José. Esta familia reside en Dacón desde hace siete años.

El presidente de la Asociación de Vecinos de Dacón, Roberto Collazo, reconoce que "este año hemos tenido suerte, porque los padres suelen negarse a representar el papel de San José. Por lo tanto, ya cuentan con un vecino que representa ese papel, salvo este año que ha descansado.