Otro de los argumentos que ayer puso sobre la mesa el alcalde para rechazar las críticas de todos los representantes sindicales en la mesa de negociación con la decisión unilateral del gobierno de implantar el nuevo cuadrante es que la prioridad pasa por tener más policías en la calle patrullando.

En este sentido, considera que "confiere mayor confianza", así como que en caso de producirse algún incidente los ciudadanos saben a quién acudir. Para recalcar que, según los datos que le facilitaron por parte de la jefatura de la Policía Local, es que durante la jornada diurna hay una mayor actividad de la población y el nivel de incidencias se incrementa.

Una consideración con la que no están de acuerdo los representantes sindicales, al advertir sobre el riesgo de reducir de 6 a 4 las patrullas durante los fines de semana, sobre todo en las noches de los viernes y sábado, así como el jueves, debido a que los datos revelan que existe una problemática para la que es necesario contar con más efectivos.

Además de cuestionar abiertamente que se pretenda implantar la "policía de barrio", por entender que es un operativo que ya no se contemplan en otras ciudades. Y reclamar al gobierno que se "preocupe más de sacar plazas de policías que de otras cuestiones", toda vez que en estos momentos estiman que serían necesarios más de 50 agentes para cumplir los ratios.