"Vaite logo, meu meniño; marcha agora para a camiña; que vai vir o Apalpador a apalparche a barriquiña". O Apalpador, desconocido para muchos y que formaba parte de la tradición de recónditas montañas del oriente ourensano o de Lugo, a donde llegaba cada Navidad para "palpar" las barrigas, a menudo hambrientas, de los niños de antaño para comprobar si habían cenado y dejarle un puñado de castañas calientes, estuvo ayer en Ourense

Tampoco faltó a su cita ourensana ayer Papá Noel. Estuvieron juntos pero no revueltos, dentro del programa de Nadal del Concello. El primero, O Apalpador, bajó del monte, para visitar el centro cultural José Ángel Valente en el Paseo , donde contó su historia a los niños, y le relató pasajes del antiguo Nadal del rural gallego, para los peques del siglo XXI, no pierdan el hilo de las antiguas tradiciones.

Por su parte Papá Noel se dejó ver por la ciudad en dos versiones. Una la tradicional, sentado en una recreación de su casa original, un escenario situado en este caso en la Plaza Mayor, ante la que hubo una larga lista de espera de niños y mayores, aguardando para sentarse en el regazo de "Santa Claus" y pedirle sus deseos para Navidad.

La otra versión, más llamativa de Papá Noel, fue la que ofreció el mágico abuelete, que recorrió las principales calles de la ciudad, en un larguísimo descapotable rojo de época , con chófer incluido y cargado de paquetes de regalos, dentro de una iniciativa promocional de la Federación de Comercio, para incentivar las ventas en estas fechas en el el pequeño comercio tradicional de la ciudad.

Pero este año con más fuerza que el pasado, les sigue los pasos el Apalpador, quien se repitió en varios actos en los barrios y en el Auditorio Municipal, pues el Concello parece dispuesto a rescatar y promover esta figura para que conviva en sintonía con Papá Noel. Este último seguirá trayendo los regalos convencionales que se piden por catálogo. El otro vuelve para tratar de conocer las raíces.