En mayo de 2013, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó en su 66ª asamblea el primer plan de acción sobre la salud mental, con un informe específico sobre el suicidio, cuya prevención calificó el organismo como "un imperativo global". El objetivo es reducir los casos para 2020. El reto no es asumido con el mismo grado de implicación por todos los estados. De los 172 países participantes en aquella asamblea solo 28 tienen un plan específico. Ni España ni Galicia -con las competencias transferidas en sanidad- cuentan con él. "Se está trabajando en urgencias y unidades como esta, Barcelona, País Vasco, Málaga o Madrid, pero realmente es necesario una coordinación y una estructura mucho más global porque el suicidio es un problema global de salud pública", afirman los expertos.