Una línea continua trae de cabeza a vecinos de las aldeas de Sobral y Ribela, en Coles. Unos 40 vecinos se movilizaron ayer al pie de la carretera nacional N-525 con una doble demanda: "Queremos recuperar el enlace Sobral-Ribela", decían por una parte. "Paso soterrado", añadían sus pancartas. Usuarios de la carretera y residentes reclaman que se levante la prohibición de giro en sentido Ourense, para no tener que incorporarse hacia Santiago y recorrer casi 3 kilómetros hasta dar la vuelta.

La protesta comenzó en la ciudad de Ourense, junto a la gasolinera de la Avenida de Santiago, el lugar de partida de una caravana "solidaria" de vehículos, según los convocantes. Los automóviles, unos 30 aproximadamente, subían y bajaban por la N-525, sin llegar a detenerse en el lugar de la protesta -el cruce de Ribela- para no entorpecer la circulación. Agentes de la Guardia Civil de Tráfico vigilaron la manifestación.

Los vecinos sostienen que la doble línea continua que impide el paso en la zona "provoca graves perjuicios a las empresas de la zona y un considerable trastorno". La protesta materializada ayer a la 1 del mediodía quiere dejar patentes "las dificultades que tienen sobre todo los camiones y autobuses para cambiar de sentido" en Gustei, "ya que invaden el carril contrario en una curva. Además, en dirección Ourense no pueden cambiar de sentido en O Viso, puesto que no caben por dicho paso", denuncian.

Según los vecinos y usuarios afectados, la movilización de ayer "es la primera de muchas actuaciones que se van a realizar para conseguir agilizar al máximo el paso subterráneo". Mientras no se alcance esa aspiración principal, instan a la administración a que acometa "una solución provisional", con la restitución de la línea discontinua para que la carretera entre Sobral y Ribela, de titularidad provincial, no esté cortada.

Nuevo siniestro ayer en la N-525

La línea de la discordia se convirtió en continua en el último repintado de la carretera N-525. Fue una de las medidas puestas en marcha recientemente, y en los últimos años , con el objetivo de reducir la peligrosidad del tramo. Ayer mismo, hubo un siniestro en Cambeo (Coles), a las 18 horas. Un turismo se salió la vía y empotró contra otro automóvil aparcado en el arcén, cuyo dueño estaba en casa. Conducía una ourensana de 53 años, a la que acompañaba en el asiento delantero su madre, de 82, que resultó herida leve. La octogenaria fue trasladada al CHUO.

Por esta nacional circulan una media de 7.500 vehículos diarios. La principal medida opera desde el 17 de marzo: un radar de tramo vigila los excesos de velocidad por encima de 70 por hora en un tramo que comienza en O Viso, entre los puntos kilométricos 242,2 y 246,0 sentido Santiago. Desde el año 2010, se registraron 121 accidentes con un balance de 7 personas fallecidas, 12 heridas graves y 26 con lesiones leves, según los datos facilitados por la DGT cuando el control de velocidad se puso en funcionamiento.

Reducir la peligrosidad del cruce de Ribela era una de las demandas manifestadas por otro colectivo, la "Plataforma por la Seguridad en la N-525". Además del radar, reclamaban asegurar el tramo de 10 kilómetros entre Ourense y Coles (Cambeo) con un pavimento antideslizante, obras en las cunetas y los arcenes para evitar bolsas de agua, una mediana que separe el carril en sentido Ourense de los dos a Santiago con el objetivo de evitar colisiones fronto-laterales; así como carriles y acceso para dar servicio a las empresas y negocios orillados por la N-525 y mejorar la seguridad en el colegio de Cambeo.