El gran problema añadido de esas fincas que por falta de PXOM siguen como rústicas son las plusvalías. "Cuando toca el reparto de herencias, muchas veces al no ser edificables, los herederos no consiguen venderlas o tienen que pagar por ellas varios miles de euros en plusvalías, que es muchas veces mucho más de su valor de mercado", indica Fegein.

Añade que "los tribunales superiores de justicia han fallado de forma unánime y reiterada contra la aplicación de la plusvalía municipal en los últimos tiempos. Consideran que este gravamen no puede aplicarse al no existir incremento de valor en los terrenos e inmuebles que se han comprado y vendido a lo largo de los últimos años", explica.

"Eso ha provocado que en 70 ayuntamientos de toda Galicia, de los 313 actuales, hayan solicitado al Ministerio de Hacienda actualizar en el 2017 el valor catastral de los inmuebles urbanos no revisados al menos en los cinco años anteriores", explica el presidente de Fegein. De hecho, el Ministerio de Hacienda autorizó entre otros, en Galicia, un total de 35 ayuntamientos de Ourense a actualizar los valores catastrales de sus inmuebles urbanos, según detalla el listado que recoge la orden ministerial.

De otro modo esto supone, según Fegein, "que se presione con impuestos a los ayuntamientos donde las economías familiares son más frágiles". Considera que la situación urbanística de Ourense "desvaloriza aún más esas propiedades que siguen calificadas como rústicas y este presunto nuevo catastrazo que duele aún más cuando recientemente el Instituto Gallego de Estadística nos acaba de ofrecer los datos de la encuesta coyuntural de los hogares gallegos y ratifica que hasta seis de cada diez (el 56,56%) no son capaces de afrontar con facilidad los gastos que deben asumir a lo largo de un mes".