Isabel Cachaldora es diplomada en Educación Infantil con formación en el Campus de Ourense, donde cursó el máster en Dificultades de Aprendizaje y Procesos Cognitivos, y continúa como doctoranda en esta misma especialidad. Desde hace cuatro años imparte con el centro Nenoos clases de ábaco en los colegios de la capital de As Burgas. El ábaco, puntualiza, es un recurso "pero también trabajamos en base al movimiento corporal y a las emociones, dos aspectos igual de importantes para el desarrollo y el aprendizaje de los niños".
-¿Es erróneo ver el ábaco únicamente como un método de aprendizaje de las matemáticas?
-Es más que eso. Con el tratamiento del ábaco nos ubicamos en la dimensión de la mente y somos capaces de conseguir que los niños mejoren su capacidad de concentración, su atención, su velocidad de respuesta, resolución de problemas? Aspectos que no sólo afectan a las matemáticas, sino que están presentes en cualquier tipo de aprendizaje, tanto académico como social.
-¿Qué beneficios aporta en la educación de los niños?
-Esta metodología tiene múltiples beneficios. Entre ellos destacar que mejora el rendimiento escolar, incrementa la autoestima y la motivación, favorece la madurez e integridad en el ámbito social y académico, la creatividad, capacidad de planificación?.
-¿Cuál es la mejor edad para practicarlo?
-En el centro trabajamos con edades muy tempranas con programas específicos para bebés de 0 a 3 años. En el ámbito extraescolar desde los 3 años a los 13.
-¿En qué curso pueden aprender a sumar y restar?
-En Infantil, pero en lugar de usar los términos sumar y restar utilizamos poner/tener y quitar para que lo entiendan mejor. Si pongo dos y quito una... así.
-¿Se acabó lo de contar con los dedos?
-Podría decirse que sí. Además hacemos Anzan, que es un cálculo de origen japonés en el que los niños se imaginan el ábaco y pueden hacer operaciones muy grandes. Es una de mis partes favoritas de la clase, conseguimos que niños con 6 y 7 años hagan operaciones con centenas mentalmente. En cuanto entienden la lógica disfrutan más porque se sienten reforzados y con la autoestima alta.
-¿Es una cuestión de lógica?
-De entender y razonar que las mismas fórmulas que uso en las unidades son la que tengo que usar para las decenas y las centenas pero con un cero más. Hay niños a los que les cuesta más darse cuenta.
-¿Es posible detectar a través de la estimulación temprana dificultades en el aprendizaje?
-Más que detectar, ayuda a prevenir. Cuando se habla de este tipo de dificultades se hace referencia a la lectoescritura y al cálculo, aspectos que cada vez está más demostrado que se pueden empezar a estimular desde bebés pero sin llegar a la sobreestimulación. No siempre es fácil para los padres ver dónde está el límite, la clave es que sea el bebé el que marca el ritmo y que todos los participantes, bebé y adulto, estén disfrutando.
