Solo una de cada cuatro licencias de obra que se expiden en Ourense son para viviendas en el municipio de la capital, el resto, sobre todo la vivienda unifamiliar, se está yendo para concellos limítrofes, como Pereiro de Aguiar, Coles y sobre todo A Valenzá, en Barbadás.

El motivo es claro, "al caer el PXOM de 2003 de la ciudad, y anularse además ahora las normas urbanísticas provisionales, volvió a entrar en vigor el plan de 1986, es decir que rige un urbanismo de hace treinta años atrás, con lo que la mayoría del suelo del perímetro rural del municipio de Ourense ha pasado de ser edificable en buena parte a convertirse de nuevo en suelo rústico, lo que ha provocado una paralización de solicitud de licencias", explica el presidente de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias, Benito Iglesias, "ante el temor de que puedan ser luego demolidas".

Junto con los efectos en el comercio y en la construcción en general, pues se ha frenado la construcción de nuevas grandes firmas e industrias que se han ido en buena parte al norte luso y a otros municipios limítrofes por falta de un parque industrial propio en la ciudad, el rural de Ourense es otro de los entornos "lastrados", según los empresarios del sector inmobiliario, tras cinco años de espera sin un plan de urbanismo aprobado.

Temor al "efecto Reza"

No hay ningún propietario que quiera construir "en tanto no sepa a ciencia cierta la catalogación de su parcela en el rural", indica Fegein ante el temor "al efecto Reza", es decir a que sea derribada su casa, como ocurrió en el verano de 2015 con una vivienda que había sido construida en Reza y legal en virtud de una licencia que quedó anulada al caer el plan de 2003.

"Esta es una vertiente más que estamos analizando las empresas de nuestro sector, pues esa marcha a otros concellos de muchos vecinos están causando además una caída demográfica de la ciudad de Ourense en beneficio de otros municipios como el de Barbadás y de cobro de plusvalías que no se quedan en las arcas del Concello de la capital", indica Benito Iglesias, que es también presidente del Club Financiero de Ourense..

Sin embargo, frente a esta realidad de parálisis en el rural del municipio de Ourense, cuando se produce una cesión de esa finca rústica por herencia o compra sí hay que hacer frente al pago de una plusvalía municipal muy fuerte.

"Llevamos ocho años con un mercado de la vivienda devaluado, igual que en el resto de España, pero las plusvalías municipales no se han devaluado, sino que se actualizan de forma anual", indica el portavoz de Fegein.

De otro modo, el Concello por esa falta de un PXOM aprobado y el éxodo de la construcción de vivienda unifamiliares que denuncia Fegein a otros municipios limítrofes, donde hay una seguridad urbanística y jurídica e incluso se facilitar la construcción sin tantos miramientos y requisitos, "está provocando también que esas plusvalías se vayan a otros concellos y no se queden en el de Ourense; ese es otro daño colateral que provoca la incertidumbre urbanística del municipio Ourense".

Ese plan anulado del 2003 ya había ampliado de forma importante la edificabilidad en los núcleos del rural del municipio de Ourense "y la Ley de Suelo que ha obligado a revisar el Plan Xeral de Ordenación Municipal que está en fase de revisión también amplía aún más esas posibilidades de edificar en esa zonas rurales pero la parálisis de ventas en Ourense es total", afirma Fegein. También critica las "escasas ayudas", que afirman que se destinan en los presupuestos de la Xunta para 2017 para que los concellos de la provincia puedan adaptarse sus planes de urbanismo a la Lei do Solo. Señalan que la Consellería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio "solo destina un millón de euros a la provincia de Ourense para ese fin en sus presupuestos de 2017, insuficiente para todos sus concellos".