El ourensano R. R. V., de 38 años, ingresó el sábado en el centro penitenciario de Pereiro de Aguiar como presunto autor, según la Policía Nacional, de una oleada de atracos a punta de cuchillo cometidos en un plazo de 10 días en 5 panaderías de Ourense, en los barrios de San Francisco, Santa Teresita y el casco vello. El sospechoso, que negó los hechos -su defensa pidió la puesta en libertad- fue identificado en una rueda de reconocimiento por un testigo. Ese fue el detonante para su ingreso en prisión.
El presunto atracador -siempre actuaba encapuchado, con un cuchillo de grandes dimensiones que no apareció y a la misma hora, sobre las 11.30- pasó a disposición del magistrado de guardia el sábado por la mañana. Declaró y negó los hechos ni haber estado tan siquiera en las panaderías. El juez decidió prorrogar la detención a la espera de una prueba de reconocimiento, tal y como solicitó la Fiscalía. Esa misma tarde, el testigo del último atraco, el que tuvo lugar a las 11.35 horas del día 1 en una panadería de Santa Teresita, ratificó que el detenido era el autor del robo a punta de cuchillo.
Ante esa prueba y en base al riesgo de reiteración delictiva -el investigado actuaría por su adicción a las drogas-, el magistrado acordó el ingreso en prisión preventiva del presunto ladrón. A R. R. V. ya le constaban tres antecedentes. La cadena de hechos había generado una gran alarma social entre el gremio de las panaderías. La Policía bautizó este caso como "Operación Trigo"
El sospechoso, que habría obtenido un total de 580 euros en los 5 atracos, fue detenido gracias a la colaboración ciudadana. El presunto atracador fue detenido a las 12 horas del jueves día 1, media hora después del último robo con intimidación, cometido en una panadería del barrio. Fue crucial que un vecino de la zona, que estaba en la calle, saliera tras el ladrón. Lo persiguió por varias calles del barrio de O Vinteún, hasta que la Policía lo capturó.
El primer robo fue cometido el 20 de noviembre. Los otros tres ocurrieron los días 22, 24 y 27. La ciudad registra una media de 8 atracos al mes (hubo 61 casos entre enero y septiembre, casi un 22% menos que el año anterior).
