Ocho personas, sin conocimientos previos de medicina y con edades comprendidas entre los 20 y los 80 años, participaron ayer en el primer taller de resucitación cardiopulmonar impartido por el médico de la Unidad de Cuidados Intensivos del Complejo Hospitalario de Ourense (CHUO) Jesús Priego Sanz y coordinador de esta escuela para familias.
"Con un taller que dura unos veinte minutos cualquiera puede quedar capacitado para salvar una vida ", explica el doctor Priego, o lo que es igual "tienen la posibilidad de aumentar un 20% la posibilidad de que una persona que ha sufrido una parada cardiorrespiratoria fuera de un centro sanitario, llegue con vida al hospital y pueda vivir" puntualiza.
El hecho de que se esté invitando a los familiares de pacientes ingresados en la UCI, a participar en este breve taller formativo "se debe a que son estos pacientes los que, por su estado tendrían más posibilidades o riesgos de sufrir una parad cardiorrespiratoria al volver a casa", explica Jesús Priego.
El tiempo desde que se produce un evento cardiaco de este tipo, hasta que recibe asistencia sanitaria profesional es clave, y por ello según el coordinador de esta escuela, es fundamental formar a personal no sanitario, en este caso los profesionales, pues de las 400 paradas que como media se producen al año en la provincia, es decir más de una al día, el 60% se producen en el hogar. La respuesta inmediata de ese familiar que está con el pacientes es fundamental. "Puede hacer el masaje cardiaco hasta un niño", indica el facultativo, siempre que haya recibido unas nociones básicas.
Esta actuación aumenta esa posibilidad de llegar con vida al hospital "y aumenta las posibilidades de sobrevivir de estas personas, de volver a ser los mismos que eran antes", indica el facultativo.
Los talleres tendrán un número máximo de 15 alumnos, y se celebran inicialmente los martes. "Estamos dispuestos a hacer más talleres semanales si la demanda fuera mayor", explica el coordinador de esta escuela de resucitación caridiopulmonar. Están llamados a participar unas 1.000 familiares, tantos como el número pacientes que, como media, pasa cada año por la UCI del CHUO.
