Los vecinos de A Grova, Sanín y As Chavolas, en Ribadavia, confían en que el grupo de gobierno incluya una partida en los presupuestos de 2017 para cumplir con el compromiso de llevarles la traída de agua a sus casas. Se trata de una vieja reclamación y precisamente esta primavera se abrió un pozo artesanal para ir dando respuesta a su problema de suministro.

Con una subvención de la Xunta y la Diputación, si el Concello no pone una parte para contribuir con este proyecto los vecinos temen que no se pueda abordar esta actuación que asciende a más de un millón de euros, por lo que una vez más quede aparcado. Recuerdan que el alcalde,Ignacio Gómez, les prometiera conseguir subvenciones para llevarlo a cabo y mientras tanto el Concello subvencionó con 3.000 euros la apertura de un pozo para paliar un poco sus problemas de suministro.

Y es que el manantial del cual se abastecen pasa por más pueblos y "cuando llega aquí es poca agua" comenta un vecino. Tanto así que aseguraban muchos que solo había agua en verano unas pocas horas al día, por lo que como primera medida se optó por perforar un pozo.

Todos coinciden en que es una medida provisional, y que lo ideal es que estos vecinos se conecten a la red municipal. Precisamente, en su día desde Riberio en Común, por ejemplo, señalaban que éstos no son los únicos pueblos que carecen de red de saneamiento y de agua en el municipio, poniendo de ejemplo el de Cabrita de Abaixo, que está en el barrio de San Lázaro.

En el caso del pozo que funciona desde esta primavera la propia empresa solo garantiza unas pocas horas de suministro al día, por lo que la acometida a la red municipal sigue siendo una prioridad.