Elisa Viñas no vuelve al monte. O eso dice después de perderse el domingo y pasar la noche a la intemperie en los bosques de Entrimo. "Yo me sé defender bien en el monte, pero no pienso volver nunca más", repite una y otra vez. Admite que pasó miedo y mucho frío. La oscuridad la sorprendió en manga corta y sin nada para cubrirse, así que buscó una piedra en la que guarecerse y esperó sentada hasta que se hizo de día y volvió la luz. No logró dormir en toda la noche y aunque el termómetro no bajó de los 11 grados, amaneció aterecida.

Su plan para el domingo era pasear con una vecina por los bosques de Terrachán, Entrimo, y de paso, recoger algunas piñas, incluso unas setas. Y en esas estaban cuando a media tarde su amiga la perdió de vista, ella se desorientó y le cayó la noche encima. Para entonces ya la estaban buscando sus vecinos, efectivos de la Guardia Civil, Protección Civil de Entrimo y GES de Lobios. Pero nadie la encontró y pasó la noche a la intemperie.

Ya por la mañana, el operativo de búsqueda la localizó a las 11.00 horas caminando por un cortafuegos a unos 500 metros de su casa. Fueron agentes del Seprona que batían la zona en moto los que la vieron. Estaba sana y salva, aunque muerta de frío y con rasguños en un brazo provocados por las ramas y la maleza. Efectivos del GES de Lobios la trasladaron al centro de salud de Entrimo y, tras pasar un reconocimiento general, se fue para casa.

La desaparición de esta vecina movilizó a todo el pueblo de Entrimo. Muchos vecinos la buscaron sin éxito hasta las tres de la madrugada del lunes y algunos se temían lo peor. Elisa Viñas Ramos tiene 42 años y una discapacidad que no le impide vivir de forma autónoma, aunque percibe ayuda social del Concello. Era la primera vez que se perdía en el monte y ella misma no sabe muy bien cómo ocurrió. A los efectivos del GES de Lobios les contó que se desorientó y que después no supo volver, relata Jorge Rodríguez, responsable de este servicio.

Elisa vive sola en el camino de Paraños, en el barrio de Hospital, en Terrachán. No es originaria de este concello pero hace unos años se instaló en A Illa y más tarde en su actual residencia. "Esta zona del monte todavía no la conocía bien", explicaba ayer. En realidad estaba muy cerca de su casa y la zona en la que se perdió fue batida por el operativo dos veces, pero sin éxito. Cuando los GES la trasladaron al centro de salud por la mañana les dijo que ella llegó a ver los reflejos de las linternas buscándola y que gritó, "pero ninguno de nosotros oyó nada", apunta Rodríguez. Aunque Elisa afirma que se quedó sentada en una piedra toda la noche, los miembros del operativo creen que se movió varias veces porque la zona en la que estuvo todo el tiempo, en los bosques de Hospital, fue batida varias veces. Ya por la mañana, con la luz del día, la mujer seguía desorientada. De hecho, en lugar de tomar el camino de vuelta a casa, continuó monte arriba. Fue entonces cuando la encontró el Seprona.

Su localización generó una gran emoción en el pueblo. Algunos vecinos se echaron a llorar al conocer el desenlace. El alcalde, Ramón Alonso, participó en la búsqueda desde el domingo por la tarde y se desplazó al centro de salud para conocer el estado de la vecina. "Estaba perfecta, es una persona autónoma que se desenvuelve bien sola, su hermana quiso llevársela con ella pero se negó, lo único que quería era irse para casa", relató.