El festival arrancó con el estreno del documental Santoalla, dirigido por los norteamericanos Andrew Becker y Daniel Mehrer, y producida por Cristina de la Torre. La cinta traslada a la gran pantalla la historia trágica de un matrimonio holandés que encuentra en la aldea casi abandonada de Santoalla, Petín, un lugar idílico en el que asentarse. La misteriosa desaparición de Martin Verfondern en 2010 atrajo la atención de estos cineastas y marcó el inicio del trabajo documental sobre un crimen que todavía está bajo objeto de investigación judicial y que llevará al banquillo de los acusados a los dos hermanos y vecinos de la pareja, que confesaron su implicación cuando cuatro años después fueron hallados en A Veiga los restos mortales del holandés y su vehículo calcinado.

El sueño de Martin Verfondern y Margo Pool no era otro que vivir en el campo, alejados del ruido de la ciudad. Sin embargo, la paz que buscaban y creían haber encontrado en Santoalla derivó en un conflicto con los únicos vecinos de la aldea de Santoalla, la misma en la que se rodó Sempre Xonxa. Martin llegó a grabar con su cámara a los que serían su verdugos y las imágenes de la tensa relación en el idílico paraíso forman parte de este documental que ayer estremeció al público en la abarrotada sala del Auditorio. Su ahora viuda, Margo Pool, es una pieza clave en la película y protagoniza un relato en el que el sueño inicial acaba convirtiéndose en una auténtica pesadilla.