La puesta en marcha por parte del Concello de un plan de inversiones que superará los 19 millones de euros y que se llevará a cabo durante 2017 y 2018 es para los representantes de la federación vecinal Limiar y de la Agrupación Miño, que engloba a los colectivos de vecinos de la zona rural, un "hecho histórico". Así, después del acuerdo que alcanzaron con el gobierno municipal, que en este caso tendrá el apoyo del grupo socialista, que había puesto como condición que se contase con las propuestas que realizasen las asociaciones de vecinos, se garantiza la mayoría para su aprobación plenaria.

El compromiso al que se llegó con el gobierno municipal pasa por presentar al pleno de noviembre, que se celebrará el próximo viernes, día 5, una modificación presupuestaria por una cuantía económica de 12 millones de euros para acometer las obras propuestas, que en total ascienden a 150, en una primera fase. Y con posterioridad, en junio de 2017, llevar a cabo otra modificación que ascendería a más de 7 millones de euros, y de esa forma completar el plan de obras previsto.

Una vieja reivindicación

En cuanto a las actuaciones, el secretario de la asociación Miño, José Manuel Casares, señala que se centrarán en la periferia y en zonas del rural, que son las que "están más abandonadas". Todas ellas fueron propuestas por las diferentes asociaciones vecinales, bajo el criterio de necesidades prioritarias y en función de la disponibilidad presupuestaria.

De ahí que la presidenta de la asociación Miño, Lorinda Fernández, señala todos los trabajos que están relacionados con los servicios básicos, como es el saneamiento y abastecimiento de agua, ya que en algunos de estas zonas no existe o su funcionamiento es muy deficiente. Por lo que la aprobación del plan de inversiones "permite paliar esas carencias".

En esa misma línea se prouncia el presidente de la federación Limiar, Manuel Carnero, dejando claro que se trata de una vieja reivindicación que por parte del movimiento vecinal se viene planteando a los diferentes gobienros en los últimos años.

Además de reivindicar la legitimidad que tienen para hacer estos planteamientos, ya que las asociaciones son las que conocen la realidad de los barrios y de las zonas rurales, debido a que "las pateamos todos los días", señala que en algunas "no se gastó ni un solo euro", por lo que se encuentran "totalmente discriminadas".Y explicó el procedimiento que se siguió para concretar el plan de obras que esperan se pueda concretar en el pleno de noviembre. Por parte de Limiar y Miño se solicitó a las diferentes asociaciones vecinales que trasladasen las principales necesidades, que luego le hicieron llegar al gobierno municipal en varias reuniones, y en la que también participó un representante del grupo socialista.

Colaboración

Sostiene Carnero que "esa es la línea a seguir", ya que además de dar respuesta a las necesidades que tienen los barrios, la periferia y el rural, también se "acaba con el caciquismo" que había, al darse casos de que el gobierno de turno no daba repuesta a las demandadas planteadas por la asociación vecinal, pero si "arreglaba cuestiones que afectaban directamente al cacique".

En cuanto a las obras que se incluyen dentro del plan de obras, se encuentran los dos ascensores; uno en el barrio de la Cruz alta -La Milagrosa, con una inversión prevista que supera los 900.000 euros, que permitirá paliar las dificultades de acceso, debido a la pendiente que existe, de especial dificultad paralas personas mayores.

El otro ascensor unirá Avilés de Taramancos con la calle Ervedelo, en la actulidad unidas a través de una escalera, con una inversión de algo más de 150.000 euros. Unas actuaciones que fueron objeto de debate plenario, a través de las iniciativas que en su momento presentó el grupo de Democracia Ourensana.

También se contempla una de las actuaciones que se fue demorando en el tiempo, en torno a diez años desde que se había presupuestado, como es la relacionada con el saneamiento en el núcleo de Velle, en la afueras de la ciudad, para el que se destinan más de 660.000 euros. De esa forma se dará respuesta a los vertidos que van directamente al río Miño, al no estar en funcionamiento las depuradoras ubicadas en ese zona.

Otras obras, de menor cuantía, pero "tambien muy importantes", como señala Casares, se ejecutarán en Palmés, Rabodegalo y Santa Mariña, entre otras.