La empresa concesionaria de la residencia universitaria As Burgas, cerrada en agosto de 2014 en cumplimiento de la sentencia judicial que anuló la licencia de ocupación, prevé reabrir la instalación a principios de 2017. Siresa admite que no es éste el mejor momento para volver a poner en funcionamiento el centro, con el curso ya avanzado y los estudiantes instalados en alojamientos alternativos, pero mantiene el compromiso de "restablecer el servicio urgentemente". Así lo expresa el responsable de Siresa, Aitor García, aunque reconoce que la estimación de demanda es "muy baja". En compensación, la empresa aplicará lo que queda de este curso un descuento del 33%.
La residencia fue clausurada en 2014 al anular el tribunal la licencia concedida por el Concello en 2011 (aunque la residencia funcionaba ya desde 2001) por no corresponderse la obra ejecutada con la proyectada. Entre otras cuestiones, carecía de viales de acceso para vehículos de emergencia. La junta de compensación del polígono en el que está emplazada la residencia se encargó entonces de realizar los trabajos de urbanización necesarios, finalizados desde diciembre de 2015, hace casi un año, pero sin que hasta la fecha fuese posible aprobar la licencia de apertura definitiva. Finalmente, el pasado 6 de octubre, la junta de gobierno local concedió licencia de obra para la legalización del edificio. La concesionaria explica que se trata de "asumir una serie de actuaciones puntuales de actualización de la residencia que ya hemos iniciado y que esperamos que concluyan en las próximas 3 ó 4 semanas". Posteriormente, explica el responsable de Siresa, "los técnicos del Concello deberán validar que se han ejecutado adecuadamente, y asumiendo una resolución favorable, solicitaríamos la correspondiente licencia de apertura". Si todo evoluciona según lo esperado, "deberíamos estar en disposición de poder volver a abrir las puertas de la residencia a principios de año", señala.
La decisión de abrir o no al público con el curso ya iniciado corresponde a Siresa. Técnicamente es viable, pero desde el punto de vista comercial "no es lo óptimo", reconoce García. "Tenemos claro que a estas alturas todos los alumnos que han iniciado en septiembre el nuevo curso académico se han tenido que buscar una alternativa de alojamiento a la residencia. Por lo tanto, el potencial interés hasta el próximo curso académico estimamos que sea muy bajo". No obstante, añade, "independientemente de la demanda, abriremos nuestras puertas para recibir a los posibles interesados".
El centro abrirá con todas las plazas disponibles, que son 201, y lo cierto es que 190 estudiantes habían reservado un espacio en esta residencia cuando se activó el plazo de precomercialización en agosto. Por aquel entonces, la concesionaria creía que se podría cerrar la tramitación de la licencia en tiempo y forma y "que podríamos abrir en la segunda semana de septiembre". No se le pidió a ninguno de los solicitantes que formalizase la reserva ni realizase ningún pago en efectivo, y finalmente los estudiantes se vieron obligados a buscar un alojamiento alternativo.
En las circunstancias actuales, Siresa cree que "menos de un 10% decidirán cambiarse a mitad del curso académico". En todo caso, y con la intención de animar a aquellos que estén en interesados en trasladarse a la residencia, la empresa ofrece desde la entrada y hasta el final de este curso un precio especial de 199 euros al mes, lo que supone un descuento del 33%, ya que la tarifa de una habitación individual hace dos años era de 299 euros al mes.
En su reapertura, será también un centro renovado, ya que la empresa ha aprovechado para realizar mejoras como la instalación de nuevas máquinas en el gimnasio, mejoras en las zonas comunes, renovaciones en habitaciones y activación de wifi en todas las habitaciones y salas de uso colectivo. También pondrá en marcha un programa de viajes, torneos deportivos y conciertos.
