El grupo municipal socialista llamó la atención el viernes sobre la presencia de ratas en el parque Xesús Pousa del barrio de A Ponte y pidió el precinto inmediato del espacio público para su desratización. Dos técnicos de la empresa concesionaria de este servicio en el Concello acudieron a primera hora de ayer a la zona para revisar una por una las arquetas y registros, buscar posibles entradas y salidas de los roedores y colocar cebo químico para eliminarlas. Es el protocolo cuando se produce una denuncia que, en este caso, llegó a través de un comunicado político y no por una queja ciudadana.

A pesar de que los socialistas alertaban de la presencia "masiva" de ratas, los técnicos no detectaron "ningún problema excesivo que pueda generar alarma social", y por lo tanto, el parque no se ha precintado. En todo caso, la empresa entregará la próxima semana un informe al servicio de Medio Ambiente sobre la situación en la que se encuentra el parque en cuanto al control de plagas y también las medidas a adoptar, especialmente de limpieza, para evitar la salida de ratas a la superficie.

El gerente de servicios en Galicia de Anticimex 3D, la empresa adjudicataria de la desratización, desinsectación y desinfección de Ourense, Óscar Vidal, restó importancia a este hecho puntual. Precisamente, la empresa acaba de finalizar la primera campaña de choque contra los roedores que se llevó a cabo en todo el término municipal entre la primera quincena de septiembre y la primera de octubre. Este servicio se acompaña, además, de la aplicación de un sistema de desratización digital con trampas mecánicas con el que la ciudad de Ourense se convierte en pionera en Galicia. Este método, señala Vidal, es el "futuro" del control de plagas no sólo por ser una solución rápida y eficaz, sino también porque no utiliza productos químicos y, por lo tanto, es respetuosa con el medio ambiente.

El sistema, denominado Smart, utiliza trampas monitorizadas con alta tecnología digital y sensores que permiten controlar la actividad de los roedores en todo momento. Esta innovación es una de las mejoras propuestas por la empresa durante el proceso de contratación del servicio que se cerró a finales de agosto. Anticimex 3D se impuso entre las diez firmas que presentaron ofertas y el Concello le adjudicó el contrato por 27.750 euros para dos años prorrogables.

El servicio es, por lo tanto, combinado, ya que se mantiene como principal acción la aplicación tradicional de cebo químico en las arquetas y registros que se reponen periódicamente. De forma complementaria, la empresa ha instalado dos trampas mecánicas en dos puntos diferentes de la ciudad. Según explica Óscar Vidal, estos dispositivos se insertan en la alcantarilla y trabajan de forma automática a través de un detector de calor. "Consiste en un sistema de varillas que se acciona justo cuando el roedor pasa por debajo produciendo un golpe seco", explica. Al estar monitorizado transmite de forma automática la actividad a una web interna que permite a los técnicos controlar la actividad de estos animales. Las dos trampas mecánicas empezaron a funcionar el 28 de septiembre y en 23 días de actividad eliminaron 22 roedores en una y 9 en otra. "Según vaya disminuyendo la población se cambiarán de zonas", explica Vidal que defiende la utilización de este sistema por "adelantarse" a las normativas europeas cada vez más restrictivas con el uso de productos químicos. Su empresa trabaja con este sistema en toda España y 16 países de todo el mundo.

Con todo, Vidal señala que en todas las localidades existe una población mayor o menor de ratas y que "erradicarlas es totalmente imposible". Lo que se puede hacer es controlar la población "para mantener unos niveles aceptables", de hecho, las propias ratas también ejercen su labor "alimentándose de otros insectos o animalillos pequeños que también pueden ser perjudiciales". Los roedores, que campan a sus anchas por las redes de alcantarillado, se cuidan mucho de salir a la superficie. "Prefieren su hábitat de confort y procuran estar protegidas, no suelen salir con la luz del día", señala Vidal. Sólo la necesidad de alimento, sobre todo restos orgánicos en los colectores de basura, las empuja a salir. "Las ratas existen en todas partes, ver de vez en cuando una en la calle es normal", apunta.