Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Alberto Saco Álvarez: "La caída demográfica es imparable, habría que empezar a repoblar ya"

La soledad será "la nueva normalidad" y la "culminación de un estilo de vida individualista"

Alberto Saco, en su despacho del campus de Ourense. // Iñaki Osorio

En 2031 Ourense tendrá 40.000 habitantes menos y será una provincia todavía más envejecida. Es el titular que arrojan las proyecciones de población publicadas por el INE. El dibujo futuro de una provincia en la que las alertas demográficas saltaron hace mucho tiempo sin que se hayan adoptado medidas serias para frenar la sangría. Alberto Saco, sociólogo y experto en demografía y envejecimiento, profesor universitario en el campus de Ourense, afirma que las batallas que hubo que librar en su día para afrontar los cambios estructurales que necesita esta situación fueron perdidas o incluso "no peleadas".

-¿Es imparable la caída demográfica?

-Si no hay novedad, sí. Es un fenómeno estructural y harían falta cambios estructurales que ni se atisban. Seguiremos cayendo hasta tocar fondo.

-¿Dónde está el fondo? ¿Un medio rural totalmente desertizado?

-Ya es casi realidad. El rural se está convirtiendo en un descampado donde la gente de la ciudad va a llevarse lo que quiere y a dejar lo que no quiere, como siempre. En el escenario actual el fondo es cero. Cuando ya no se pueda ir a menos todo serán avances. Habrá que repoblar. Ya hoy en día habría que empezar a hacerlo.

-¿Cómo afectará a la provincia la posible pérdida de 40.000 personas en 15 años?

-Afectará al pulso económico porque habrá menos consumidores y más demandantes de atención sociosanitaria, aunque en números absolutos la población mayor no va a crecer más. Pero, por otro lado, habría menos demanda de empleo y, en teoría, menos paro.

-¿Y a la sociedad?

-Será un sociedad más 'vieja', sin proyección de futuro. Menos dinámica, más cativa y conservadora. Pero sobre todo se agudizarán los desequilibrios territoriales. Se despoblará del todo el rural y se estancarán las poblaciones de villas y ciudades.

-¿Lo están haciendo bien las administraciones?

-No. Gobernar es algo más que gestionar adaptándose a los mercados. Hay que prever y proyectar por el bien común y no sólo fijarse en los beneficios económicos privados (propios o ajenos). Eso lo sabían los faraones y hasta los dictadores.

-¿Qué deberían hacer los gobiernos para frenar esta situación?.

-Gobernar. Lo que ocurre es que hace tiempo que el mercado se ha engullido al Estado y ya no disponemos de herramientas de intervención en lo económico. En el actual escenario vamos sin frenos.

-¿Es posible sostener económicamente un territorio envejecido como el que se dibuja en estas proyecciones de población?

-Sí, porque cada vez se produce más con menos gente. Pero será una economía poco dinámica.

-¿Pueden producir estas cifras de población que se publican periódicamente un efecto desmotivador y desmoralizador sobre la población?

-No más que las encuestas y mucho menos que los informativos. Hay motivos mucho más graves y tangibles para caer en el desánimo que las proyecciones de población. En ellos habría que centrarse y no solo en los síntomas.

-Dentro de 15 años 42.825 personas vivirán solas en Ourense, según estos datos. ¿Será la soledad una nueva patología?

-Más bien será la nueva normalidad. Y estará protagonizada tanto por mayores como por solteros que quieren vivir solos, que es el colectivo que más aumenta. Es la culminación de un estilo de vida basado en el individualismo.

-Hablaba al principio de la necesidad de cambios estructurales que ni se atisban, ¿a qué cambios se refiere?

-Cambios en la concepción de la política y la administración; recuperación de la capacidad del sector público en sectores estratégicos; modelos de desarrollo sostenible y con un menor peso del consumo y de los mercados en la economía; desarrollo de la economía social; captación, selección y reasentamiento de inmigrantes y refugiados; ordenación del territorio y fomento del sector primario y de transformación forestal, agrícola y ganadera; recuperación del parque de viviendas del rural para reasentar población y puesta en circulación de tierras abandonadas. Pero todas estas son batallas perdidas o no peleadas en su día.

Compartir el artículo

stats