Thom Mayne se mostró desde el principio entusiasmado con el proyecto de la estación de Vigo, y en su visita a la ciudad en octubre de 2008 se deshizo en elogios hacia la Ría, a la que se abrirá la terminal con una plaza pública sobre la cubierta con una excepcional panorámica.

El Pritzker no ha perdido de vista la terminal del AVE viguesa a pesar del tiempo transcurrido y del fracaso de los dos primeros concursos. "Está muy pendiente. Cada proyecto es especial para él y tiene un gran vínculo personal y profesional con España", explica Díaz Urgorri. La próxima semana la arquitecta, codirectora de la Bienal de Arquitectura y Urbanismo, acudirá a Nueva York, donde se exhibirá la muestra con las obras premiadas en este certamen, y allí charlará con Mayne, que ya conoce la presentación de la oferta del operador francés a la convocatoria de Adif. "Hablaremos, entre otras muchas cuestiones, de la estación de Vigo", avanza.

Urgorri hace su propia reflexión sobre la terminal viguesa y los pasos para construirla. "Es un proceso abierto y atento a los cambios y a la dimensión social, política, económica y estética de la ciudad", comenta.