Aniceto Rodríguez Caneiro, de 78 años, se enfrentará a más de 25 entre rejas por circunstancias agravantes como el abuso de superioridad, el parentesco o la alevosía, en la comisión del crimen de Isabel Fuentes. El 8 de mayo de 2015, según confesó pese a algunas vaguedades, acabó con la vida de su esposa, asestándole una cuchillada en la cama donde se recuperaba, en el hospital de Ourense. La víctima, de 66 años, salía adelante tras un ataque previo en el domicilio conyugal de Verín, sufrido un mes antes y del que presuntamente Aniceto Rodríguez también fue responsable: la golpeó con un martillo y después quiso fingir un robo. La instrucción del caso, discutida al principio por la familia porque la primera magistrada no protegió a la víctima, ya ha finalizado. La actual titular del juzgado de Instrucción Número 1 de Verín da por finalizadas las diligencias. En los próximos días dictará un auto de procesamiento contra Aniceto Rodríguez Caneiro. Se le imputará un delito de asesinato consumado y otro en grado de tentativa.

La resolución, que podría llegar ya a finales de este mes según fuentes judiciales, emplazará a las acusaciones a que plasmen sus conclusiones, antes de que el sumario se remita a la Audiencia Provincial para que señale la vista. La Fiscalía y la familia -personada como acusación particular, al igual que la Xunta al tratarse de un caso de violencia de género- presentarán sus escritos para concretar los hechos que atribuyen a Rodríguez Caneiro, así como las penas de prisión que solicitan. También fijarán la cuantía en concepto de responsabilidad civil, para que la hipotética condena incluya una indemnización a los familiares directos de Isabel. Los más allegados, unos primos que se personaron en el proceso como acusación particular.

Una de las últimas solicitudes de pruebas del caso tuvo que ver con la petición de un cotejo entre la letra de Aniceto Rodríguez y la nota manuscrita hallada junto al cadáver. Los peritos calígrafos de la Guardia Civil no pudieron hacer la comprobación a partir de la firma del DNI del acusado. Las secuelas que le dejó el ictus sufrido justo después del crimen impiden que Rodríguez Caneiro pueda someterse a una prueba de escritura, por lo que esta averiguación se descarta finalmente. La juez denegó una entrada y registro en la vivienda conyugal de Verín en busca de algún documento con la letra del marido.

La nota da a entender que Rodríguez acuchilló a Isabel Fuentes y declaraba su intención de "marchar" y ser enterrados "xuntos". Pero la defensa sostiene que es preciso acreditar el estado mental que presentaba Rodríguez Caneiro en el momento del crimen, por si sus facultades pudieran estar afectadas. Los forenses no entraron en ese extremo; sí consideraron que el septuagenario estaba en condiciones de sentarse en el banquillo.

Una confesión con lagunas

Con las vaguedades y lagunas propias de un estado psiquiátrico mermado tras el ictus, Aniceto Rodríguez Caneiro, reconoció en su interrogatorio, celebrado en marzo, la autoría de la nota manuscrita así como haber asesinado a la mujer. También asumió a su manera el crimen y el primer ataque en el domicilio, durante la reconstrucción de esos primeros hechos, una diligencia celebrada en Verín el pasado mes de junio.

"Fue un momento de locura, cosas que se me metieron en la cabeza", dijo en ese acto. Ese alegato aludiendo a un trastorno puntual fue la mayor confesión que han podido arrancar las partes. En sus dos comparecencias, tanto en el interrogatorio como en la reconstrucción, las supuestas lagunas reaparecieron en varios momentos, con respuestas como "no sé", un "no lo recuerda", o "se o din, así sería".