Una de las cuestiones que están encima de la mesa, y que deben marcar el devenir del futuro plan de urbanismo, es que cuenta con un tiempo limitado para su aprobación, después de que el alto tribunal gallego anulase la ordenación urbanística provisional. Estará en función de la decisión del Tribunal Supremo; primero en aceptar el recurso de casación que tiene intención de presentar el gobierno municipal "para ganar tiempo", y su posterior emisión de la sentencia.

El proceso de tramitación reglado para poder llegar a esa aprobación definitiva se fija, según explicaron a FARO expertos en la materia, en torno a un año, desde el mismo momento en que se proceda a la aprobación del documento existente, pero adaptado a la nueva ley gallega del Suelo, y en el que se incluirían las modificaciones que lo harían viable.

Otra de las cuestiones que se deberán analizar es si esas modificaciones que se plantean son "significativas", ya que de ser así, eso llevaría consigo una nueva exposición al público, sobre todo después de lo que aconteció con la ordenación provisional, que se anuló por no seguir ese procedimiento.