La situación en esos servicios municipales derivó, como es habitual en un cruce de reproches. Desde el PSOE acusan al alcalde de priorizar los "intereses personales por encima de los de la ciudadanía", al desplazar a esos funcionarios a su staff. La respuesta por parte del grupo popular es recordar el "alto coste" que tenía para los ourensanos el personal de confianza con que contaban los socialistas, tanto gobernando en solitario como en coalición con el BNG, en el bipartito. Señalan a las "9 o 10 personas" que tenían, así como a las funciones que desempeñaban.