"Treinta años sembrando solidaridad, entrega y sensibilidad". Dice el director de la Asociación Xuvenil Amencer, Xulio César Iglesias, que esa la "gran fuerza" de la entidad. Para celebrar la madurez de un grupo que nació en el colegio Salesiano y ha evolucionado hasta convertirse en uno de los referentes ourensanos del ocio juvenil, Amencer ha organizado numerosas actividades que tendrán su día grande el 19 de marzo, con una cena de reencuentro de monitores.

-¿Con qué estado de salud llega Amencer a sus 30 años?

-Realmente en un estado óptimo, muy bueno porque cuando se habla de juventud y tiempo libre parece que siempre hay una imagen demasiado negativa y creo que Amencer es un núcleo muy bueno con una juventud comprometida, protagonista de su historia, creativa, sensible y constante. Se puede decir que hay un grupo de jóvenes fuerte en la ciudad de Ourense que está construyendo un tiempo de ocio distinto, alternativo y educativo interesante.

-¿Generar esa confianza en los jóvenes y darles un espacio para la creación ha sido la clave del éxito de Amencer?

-Lo cierto es que nuestro rol como adultos y como monitores es más de acompañamiento porque realmente los que dominan la cultura, la sociedad, la dinámica, el ambiente... son los propios jóvenes. Ellos son los protagonistas de Amencer y después hay un equipo de monitores adultos que acompaña, matiza y confronta con otra visión, y eso es lo que le enriquece esta asociación.

-¿Ha sabido adaptarse bien Amencer al cambio en el ocio de los jóvenes?

-Creemos que sí. Hoy en día el ocio es informal, no organizado, instantáneo. En una entidad organizativa como la nuestra en la que hay que convocar a la gente y buscar espacios, es difícil de integrar y nos está costando. Seguimos haciendo fiestas programadas pero con los parámetros de ahora poner una fecha no es lo más común, ahora funcionan más las quedadas del momento. Pero nos estamos adaptando y de hecho nuestros proyectos siguen llegando a la gente.

-¿Cuáles son las actividades más longevas en estos 30 años de historia?

-Las tres que nacieron con Amencer. El Campamento Urbano, la Operación Kilo y los grupos de tiempo libre que juntamos semanalmente para hacer campamento. El campamento creció muchísimo, este año pasamos de las mil personas implicadas, algo casi imposible de imaginar porque no solo aumentan los inscritos, sino la media diaria de participantes. En la Operación Kilo hay cada vez más sensibilidad, es una campaña muy de la ciudad. Empezó en el ámbito escolar de Salesianos y creo que hoy en día no hay sector económico y social en Ourense que no colabore. En los grupos empezamos con adolescentes de 11 a 16 años y hoy tenemos desde 6 a 25 años.

-Todo esto siendo una asociación juvenil con valores cristianos.

-Amencer nació hace 30 años en Salesianos con alumnos del colegio y valores cristianos. Hoy en día es bueno identificarse para que nadie engañe y nosotros no ocultamos nuestra identidad cristiana, pero es un cristianismo de estilo salesiano que implica un talante juvenil, alegre, festivo, unas características que hay que vivirlo porque es un estilo concreto que sigue triunfando en este mundo de laicidad. La flexibilidad es también una característica de Amencer y todos tienen sitio aquí siempre.

-También para conciliar, podría decirse que la asociación fue pionera a la hora de ofrecer alternativas a las familias.

-En el diálogo con las familias nos lo pidieron y al principio dijimos que no pero hubo mucha insistencia. Entonces lo estudiamos e hicimos una formación seria con profesores de infantil y estudiando otras experiencias en España. Entendimos que existía esa necesidad y decidimos plantearlo, fuimos a Santiago, País Vasco, Castilla y nos lanzamos.

-¿Qué ha sido lo más gratificante en estas dos décadas al frente de la asociación?

-Para mí que los chavales que fueron destinatarios un día hoy sean monitores, y además muy buenos monitores. Ver que los que un día recibieron gratis hoy lo están dando gratis también, y con calidad. Siempre hacemos encuestas de satisfacción y es normal que recibamos críticas en un campamento de mil personas, pero el noventa y tantos por ciento es positivo. Que los destinatarios se conviertan en protagonistas contagiando a otros es para mí lo más importante.