"A veces importa más cuidar que curar". Esta es la máxima por la que se rige Miguel Ángel Núñez, el médico de la Unidad de Cuidados Palatiavos del CHUO, con un máster en la especialidad y un derroche de tacto y empatía a cada frase: "Para mí es tan importante ayudar a una persona a que muera bien como curarle una neumonía".

- ¿Un enfermo en paliativos tiene la garantía de que no sufrirá? ¿Se escatima en algún caso el tratamiento que quita el dolor?

- No, no, el objetivo es evitar siempre el sufrimiento del enfermo. El problema es que en fases tan avanzadas de la enfermedad, hay que utilizar fármacos a los que se les tiene por regla general mucho miedo, como es la morfina. Es un tabú que intento quitar tanto a los compañeros como a las familias. Lo utilizamos con aquellos enfermos que tenían dolor o cuando el síntoma concreto se beneficia, como pasa con la disnea. Después está la sedación, que anula la sensibilidad de la corteza cerebral, para que el paciente no sea consciente de su deterioro. Y si no bastase, tenemos otras opciones terapéuticas. Para nada se escatima.

Es importante distinguir que hay dos tipos de enfermos terminales. Uno es el terapéutico, aquel que ya no se beneficia de tratamiento con fines curativos, es decir, al que no hay posibilidad de darle más quimioterapia o radioterapia, o cirugía u hormonoterapia. El otro es el terminal biológico, el enfermo ya moribundo, en situación de últimos días. Por fortuna, los paliativos cada día se extienden más a acoger al terminal terapéutico, que era un enfermo condenado a vagar por atención primaria hasta que estuviera agónico. En muchas unidades ya trabajamos con el oncólogo y hay casos de enfermos que reciben quimioterapia unida a una terapia con fines paliativos.

- ¿Sedar adelanta la muerte?

- La sedación anula la sensibilidad de la corteza cerebral, ni adelanta ni precipita la muerte. Hay enfermos que aguantan sedados uno o dos meses, o fallecen dentro del plazo estipulado por su enfermedad. Lo que hace es controlar un síntoma que es imposible de controlar con las medidas habituales. Se recurre a la sedación para atajar los llamados síntomas refractarios, que son imposibles de controlar si no es a expensas de bajar el nivel de conciencia del enfermo. Solo sedamos ante este tipo de síntomas. Dependiendo de cuál es el que exige la sedación, hace que el enfermo aguente más o menos. Por ejemplo, no es lo mismo sedar por angustia a sedar por causa de un delirium o insuficiencia del hígado, que son síntomas terminales.

El objetivo es evitar siempre el sufrimiento del enfermo. Antes de fallecer el paciente entra en situación de agonía, no entendida como que lo va a pasar mal, porque para eso está la unidad, sino entendida como que se producen una serie de cambios y procesos orgánicos. Nosotros los identificamos para avisar a la familia de que nos encontramos en las últimas 24 o 72 horas. La sedación se hace para que el enfermo jamás sea consciente de que está entrando en agonía, del deterioro tan brutal que está sufriendo.Porque si hay algo más duro que morir en agonía, es morir siendo consciente de ello.

- La ley gallega 5/2015 establece el derecho de los pacientes en paliativos a tener una habitación individual. ¿Se respeta en la práctica?

- El ideal es que este tipo de enfermos esté en habitaciones individuales y se suele respetar. Tenemos 14 camas distribuidas en 9 habitaciones, de las que 4 son dobles y 5 individuales. Solemos dejar las individuales para enfermos de últimos días o en situación de terminalidad y agonía. Solemos respetar que el enfermo sedado esté solo, pero a veces resulta imposible. En otros hospitales es raro que todas las camas estén dispuestas de forma individual. En febrero, nos trasladaremos al nuevo edificio y vamos a tener 15 habitaciones, todas individuales.

- ¿Cuál es la estancia media de un enfermo en paliativos?

- Desde que su caso es conocido en paliativos hasta que fallece el tiempo puede oscilar entre los 4 o 5 meses. Yo tengo una paciente que lleva 9 años. Distinta es la estancia de los ingresos en la planta. En ese caso, la media es de 10 u 11 días. Pero hay desde enfermos que pasan 3 meses porque tienen poco soporte familiar y un mal control de síntomas, a gente que ingresa y fallece a los dos días. Los pacientes que más suelen aguantar son los no oncológicos. Paliativos está concebida como una unidad de agudos, por lo que a los crónicos intentamos encontrarles una residencia más nuestro apoyo.

- ¿Se empiezan a hacer cada vez más testamentos vitales?

- A la gente no le suele gustar. En España hay poca conciencia de la muerte, es como si nos hubiéramos olvidado de que se puede morir. Y en Galicia la media es incluso inferior a la nacional. La mayoría de los testamentos vitales están hechos por gente joven, y suelen darse en casos de enfermedades no oncológicas, como la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).

- ¿Eutanasia sí o no?

- El problema de este debate es que se plantea entre blancos y negros, entre extremos. Mi opinión es que no es necesaria la eutanasia, sino el sentido común. Los enfermos en paliativos reciben atención hasta el final, con apoyo psicológico y cobertura de los síntomas hasta el final. Yo considero que si se fomentasen las unidades paliativas se acabaría el debate.El enfermo tiene miedo a sufrir, al dolor. Hoy se puede vivir sin dolor y morir sin dolor. Por suerte, es posible aliviar todo tipo de sintomatología sin que nadie lo pase mal. La gran mayoría de los enfermos puede vivir sin dolor, con una buena calidad de vida e incluso elegir morir en su propia casa.

- ¿Falta tacto en la medicina?

- Creo que sí hay sensibilidad con el enfermo, pero a veces tal vez pueda el miedo a no saber hacer. En la facultad de Medicina nos enseñan a curar pero a veces es más importante cuidar que curar y habría que enseñar más sentido común. Aunque está empezando a cambiar el chip, no nos enseñan a informar ni a comunicar malas noticias, cuando por desgracia es una práctica de nuestro día a día. En España, cuidados paliativos es una asignatura en 40 facultades pero solo en 8 es obligatoria. Solo tenemos 3 másteres como titulación oficial y 7 como título propio.

- ¿Es doloroso este trabajo?

- Todos nos llevamos los enfermos a casa, pero en paliativos mucho más, aunque es importante desconectar. Yo me llevo a los enfermos pero sobre todo la tranquilidad de la familia cuando ve qué bien se atiende. En la planta tenemos unas 40 placas de agradecimiento y para mí representan un homenaje a cada uno de los enfermos que han pasado por aquí. Si la medicina es vocacional, la oncología más y los paliativos todavía más. Para mí es tan gratificante ayudar a una persona a que muera bien, como, siendo internista, curar una bronquitis. Lo que más agradezco de este trabajo es que ves la vida desde otro punto de vista, vives con más intensidad y aprecias las pequeñas cosas. Por aquí pasan personas de 13, 15 o 20 años que fallecen... Nos perdemos en tonterías y conoces aquí a gente que lo único que quiere es no tener dolor o morir dignamente.