C.F.L. se declaró culpable ayer de un delito de apropiación indebida por el que cumplirá una condena de un año y nueve meses de prisión. Admitió que en abril de 2015 actuó con intermediario en el alquiler de un piso en la calle Jesús Ferro Couselo de la ciudad. La arrendataria le entregó 600 euros en concepto de fianza y pago del primer mes, y más adelante otros 390 euros que le pidió para la Cámara de Comercio y el seguro. No obstante, se quedó él con el dinero.