El Ministerio de Fomento da el visto bueno a la reforma de los tres principales cruces que atraviesan el casco urbano de Verín. Una actuación solicitada por el gobierno municipal para superar el antiguo diseño de cuando no existía la A-52, y las vías nacionales canalizaban un intenso tráfico por la ciudad.

Con estas obras se quiere abrir estas arterias a los peatones, aumentando su nivel de permeabilidad. La iniciativa partió de una propuesta programática del BNG, y permitirá una nueva regulación de los semáforos de los principales cruces de la ciudad (cruce N-525 con N-532, cruce carretera de Laza con Avenida de Sousas e intersección Estrada de Laza con Rosalía de Castro) que garantice mayor accesibilidad a los peatones, y la supresión de los "importantes rodeos impuestos por el diseño actual para cruzar las vías", destaca el teniente de alcalde, Diego Lourenzo.

Un diseño que según el alcalde, Gerardo Seoane, "está pensado y responde a la circulación de vehículos motorizados, y deriva de la ordenación heredada de la época en que non existía a A-52". Y para erradicar estos diseños atávicos, el grupo de gobierno propone reconocer la nueva configuración de las antiguas carreteras como actuales calles de Verín, ampliando las aceras para facilitar el movimiento de personas, "al tiempo que se reduce la longitud de los pasos de peatones".

Supresión de barandillas

El teniente de alcalde destaca que la medida que más cambiará la configuración urbana de Verín será "la supresión de las barandillas que actualmente delimitan el espacio peatonal, y transmiten una sensación innecesaria de encierro".

Los proyectos que se ejecutarán en los tres cruces fueron elaborados teniendo en cuenta modernas simulaciones informáticas para garantizar que el nuevo vial permitirá el giro de camiones y vehículos de todo tipo, y remodelarán asimismo el flujo semafórico, siempre adaptando los tiempos de cruce a un criterio más moderno de la vía.

Ls obras comezaran de forma inmediata y está previsto que finalicen en diciembre.