El contrapunto a la buena situación económica en que se encuentra el Concello es la falta de unos presupuestos anuales, ya que a día de hoy se sigue con los de 2014 prorrogados, y sin un horizonte claro que vislumbre un cambio. La intención del actual gobierno municipal era la de aprobar los presupuestos para 2016, pero un problema suscitado con la necesaria modificación de la plantilla, que afecta directamente al capítulo de personal se fue demorando y se convirtió en el principal freno para poder sacar adelante el proyecto.
De ahí que la intención, como así lo manifestó el alcalde, Jesús Vázquez, fuera poder presentar un proyecto para 2017 y poder negociarlos con los grupos de la oposición, para lo cual la edil de Hacienda, Ana Fernández Morenza, mantuvo una serie de reuniones para intentar llegar a un consenso, como así se lo trasladó al portavoz socialista Vázquez Barquero.
De no llegar a un punto de encuentro que permita aprobarlos en pleno, la opción sería su aprobación vía junta de gobierno local, pero una sentencia del Tribunal Supremo, que anula algunos de los artículos de esa ley del Gobierno central, cierra la puerta a esa posibilidad.