La situación económica del Concello es buena, eso al menos revelan los datos, sobre todo en lo que se refiere al nivel de endeudamiento, con una rebaja sustancial en los últimos años, para situarse a fecha de hoy en algo más de 10,5 millones de euros, frente a los que reflejaba a 31 de diciembre de 2015, que estaba por encima de los 26,8 millones de euros. Un descenso, por lo tanto, de algo más de 16 millones.
Una de las claves que llevaron a la mejora de las cuentas está directamente relacionada con el remanente de tesorería -ahorro generado-, que en el último balance realizado superaba los 43,6 millones de euros e incluía un superávit de 14,4 millones de euros.
De ese remanente, a través de una modificación presupuestaria se destinaron a la amortización de deuda algo más de 12 millones de euros, por lo que la solvencia económica del Concello es uno de los argumentos que se esgrimen por parte del gobierno municipal para hacer frente a diferentes actuaciones, en especial a inversiones, toda vez que se sigue funcionando con los presupuestos prorrogados de 2014, lo que lleva consigo la imposibilidad de acometerlas.
Modificaciones de crédito
Además de rebajar deuda, como establece la ley, el remanente de tesorería se destinó a otras cuestiones vía modificación presupuestaria, como sucede con el reconocimiento de deuda extrajudicial -el pago de facturas a proveedores-, que estaban pendientes de años anteriores y en otros casos por sufrir una demora debido a deficiencias en su tramitación, y que rondó los 2 millones de euros.
Y aunque en el pleno de agosto se llevó una modificación de crédito, todo indica que habrá una nueva en un pleno extraordinario que se celebrará después de los comicios autonómicos del 25 de septiembre, como advierten desde el gobierno municipal, y de esa forma evitar convocarlo durante la campaña electoral, como así lo indicó el propio alcalde, Jesús Vázquez.
El nuevo expediente de modificación de crédito, por una cuantía económica que asciende a 421.500 euros, se centrará en los convenios en el ámbito social y sanidad, relativo a los que se firmaron con diferentes ONG, como sucede con Cáritas, que se encarga del comedor social y a la que se le adeuda una importante suma de dinero, y que desde el Concello se explica que se debe únicamente a un proceso de tramitación.
También se incluirán en esa modificación convenios culturales y con las diferentes asociaciones vecinales, sobre todo a la Federación Limiar y a la Asociación de Colectivos Vecinales del Rural Miño, con una asignación anual que está por encima de los 15.000 euros.
Será el segundo intento, una vez que esa modificación fue rechazada por los grupos de la oposición en el pleno de agosto, lo que llevó consigo que se abriese un periodo de negociación que permite al gobierno municipal contar con el apoyo necesario y sumar los 14 votos de la mayoría, debido a que el grupo popular gobierna en minoría con 10 concejales.
La que no se incluirá es la partida destinada a la aportación que debe hacer el Concello para el futuro centro intergeneracional -una escuela infantil y un centro de mayores- que financia la Fundación Amancio Ortega y que se ubicará en la zona de Mariñamansa.
Sobre esta cuestión, según los datos a los que tuvo acceso FARO, la partida que inicialmente se había estimado, que ascendía a 200.000 euros, se redujo de forma sustancial, después de "solventar determinadas cuestiones", y la cantidad exacta que debe asumir el Concello es de 91.000 euros.
Ingresos
Otro de los ejes fundamentales de la gestión económica son los ingresos que llegan a las arcas municipales procedentes de los dos impuestos más importantes; por un lado el de Bienes Inmuebles (IBI), la denominada contribución, así como el de vehículos de tracción, por el que ya se han ingresado algo más de 4,1 millones de euros en periodo voluntario, con fecha 30 de agosto, a los que se le suman los 496.147 en la vía ejecutiva, por lo que el montante económico total supera los 5,1 millones de euros.
En lo que se refiere al IBI, por el momento no hay datos oficiales, debido a que la domiciliación de su pago, que cuenta con descuentos, llevó consigo el pago fraccionado en dos meses, el primero en julio y el segundo en noviembre. Será, por lo tanto, a finales de año cuando el Concello cuente con la cifra exacta de lo recaudado. Un impuesto que representa el 30,2 por ciento del capítulo de ingresos, y que está por encima de los 31,5 millones de euros.
