Abrazos, lágrimas y muchas carreras con la mochila a cuestas. Después de un largo e intenso verano, los escolares de la provincia deseaban ya que llegase el primer día del cole. Siempre hay excepciones y los llantos son habituales en las aulas de primer curso de infantil, pero en líneas generales, el regreso a las aulas se acompañó ayer de alegría y emoción por el reencuentro. Y no solo con los amigos, sino también con los profesores. Los escolares ansiaban saber quién sería este curso su profesor, qué material deberán comprar y cual será el horario de clases.
En la capital, donde se concentra la mayor parte del alumnado de la provincia, llega el ruido a los colegios. No así en otros centros de la provincia, donde el número de alumnos es cada vez menor. En total, se incorporaron ayer a las aulas 18.863 escolares de infantil y primaria, 153 menos que el curso pasado. Según la Consellería de Educación, las clases comenzaron con normalidad en los 97 centros educativos de la provincia, aunque en algunos con más bullicio que en otros. Los datos de matriculación correspondientes a este curso son un espejo de la caída demográfica y de la despoblación en el medio rural. De hecho, la mayor parte del alumnado se concentra en centros de la capital de As Burgas. De los casi 18.900 matriculados, 7.461 están en la ciudad.
Las cabeceras de comarca absorben a gran parte de los escolares del medio rural. En el caso de A Limia, por ejemplo, iniciaron el curso en Xinzo 801 escolares, mientras en municipios como Baltar o Sarreaus, solo hay 17 niños en sendos colegios.
En toda la provincia, hay trece centros educativos que no llegan a las 25 matrículas. Además de los citados, están los colegios de Paderne de Allariz, Lobios, Muíños, Punxín, Cenlle, A Peroxa, Taboadela, San Cibrao das Viñas, Ramirás, O Bolo y Vilariño de Conso.
En el caso de la enseñanza de infantil, dirigida a alumnos de 3 a 6 años, el descenso de la matrícula es del 2,4% respecto al curso pasado. Estos datos, que son provisionales y pueden variar a lo largo del curso, reflejan una situación, señala la Xunta, "derivada de la progresiva caída en la natalidad".
En la red de centros de la provincia, hay un total de 21 colegios en los que el alumnado de Infantil es inferior a 10 alumnos. Baltar, Os Blancos, Sarreaus, Entrimo, Muíños, Beariz, O Irixo, Punxín, Avión, Castrelo de Miño, Cenlle, Cortegada, Melón, A Peroxa, Taboadela, Ramirás, O Bolo, Vilamartín de Valdeorras, Laza, Riós y Vilariño de Conso, son los concellos con menos de 10 niños en las aulas de infantil.
La secretaria territorial de la Xunta en Ourense, Silvia Dorado, visitó ayer el CEIP Princesa de España.
