Un fuego "muy difícil en un verano tremendamente complicado". El macroincendio que se inició el martes por la tarde en Entrimo sigue activo tras arrasar 2.800 hectáreas del Parque Natural do Xurés y su área de influencia pero ya no representa un peligro para las viviendas. La Consellería de Medio Rural retiró ayer al mediodía el nivel 2 de alerta que se había activado el miércoles por proximidad al pueblo de A Illa y sigue trabajando en este fuego que ha puesto en jaque a los medios de extinción y que se ha convertido en el más devastador del año en Galicia.

Devastador y voraz. Las llamas avanzaron sin control a gran velocidad y en solo cinco horas de la tarde del miércoles destruyeron 2.000 hectáreas de masa forestal sin que los medios de extinción pudiesen hacer nada por frenarlas. Esto supone que el incendio se llevó por delante seis hectáreas y media por minuto, un ritmo muy similar al que el año pasado arrasó 3.180 hectáreas en la Serra do Larouco.

El director xeral de Ordenación y Producción Forestal, Tomás Fernández-Couto, admitió ayer que el incendio de Entrimo, que afecta también a superficie de Lobios, planteó numerosas dificultades desde el principio y que se dio una situación en la que "tuvimos que priorizar las vidas humanas y la protección de las viviendas".

De los 15 incendios forestales de más de 20 hectáreas registrados en Galicia desde el lunes (cuatro de ellos de más de 500) este es el único que permanece activo. Diez están controlados y el resto han quedado extinguidos con un balance de 6.806 hectáreas calcinadas en Ourense y 7.100 en el conjunto de Galicia en solo 4 días.

Que Entrimo continúe activo después de varias jornadas de trabajo y un enorme despliegue de medios se explica en la topografía y en las condiciones atmosféricas que por un lado facilitaron la rápida propagación de las llamas y por otro, impidieron durante horas que actuasen los medios aéreos.

Fernández-Couto explica que el primer problema al que se enfrentó el dispositivo fue "la dificultad de movimiento en el terreno", inaccesible para las brigadas terrestres. En segundo lugar, el fuego se registró y evolucionó con temperaturas que rondaron los 40º, una humedad relativa muy baja y unos vientos fuertes del sur rolando continuamente hasta el miércoles que provocaban que la cabeza que iba en una dirección se transformase de repente en cola y la cola en cabeza. "Esto hace muy difícil la extinción", explica el director xeral, "y a mayores, en gran parte del perímetro solo se podía trabajar con medios aéreos por la inaccesibilidad a pie" con la complicación de que la presencia de humo por los numerosos fuegos que afectaban al sur de la provincia y al norte de Portugal no permitió la actuación de los helicópteros en momentos críticos. "Hubo que apagar con palas y medios terrestres donde se podía". Esta situación fue denunciada por el alcalde de Entrimo, Ramón Alonso, que criticó la ausencia de aeronaves el miércoles. "Entiendo sus quejas por la situación de tensión que vivimos todos, pero el comandante es el que decide si se puede volar y era materialmente imposible por las condiciones de visibilidad", señala el director xeral.

121 incendios en tres días

Medio Rural destaca la dificultad del trabajo de esta semana en un verano que ha sido "tremendamente complicado". Esta oleada de incendios que se ha cebado con la provincia de Ourense es comparable al período de agosto coincidiendo con vientos intensos y persistentes del nordés. Tanto entonces como ahora en septiembre la actividad incendiaria ha sido "extrema", afirma el director xeral, con 450 incendios en Pontevedra durante el episodio del nordés y ahora 121 en tres días en toda Galicia, de los que 48 son en Ourense. "Los dos períodos han sido tremendamente complicados, no es un fuego, son muchos, y la coincidencia y simultaneidad dificulta más el trabajo", señala Fernández-Couto.

Con todo, el incendio evoluciona favorablemente y ya no avanza el perímetro. Un único foco humeante en una zona alta de difícil acceso se mantiene activo. El operativo confía en poder darlo por estabilizado en las próximas horas, que es el paso previo a la situación de controlado y posteriormente extinguido, situación que podría requerir todavía varios días.

Ayer quedaron controlados en Ourense los fuegos de Oímbra (2.035 ha), Lobeira (dos focos con 25 y 75 ha), Monterrei (300 ha), Chandrexa de Queixa (38 ha), Boborás (600 ha) y Muíños (dos focos de 800 y 67 ha), además de los incendios de Navia de Suarna y Chantada, en Lugo.

Remite así una oleada de fuegos que ha puesto en jaque a los medios de extinción en pleno septiembre. La conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, se refería ayer a un "viernes de calma, tras un jueves con 1.600 personas trabajando en la provincia de Ourense y con 30 medios aéreos, en un día en el que se alcanzaron en algunos puntos los 47 grados de temperatura con la combustión". Lamentó también que varias de las zonas quemadas en los últimos días "estaban perfectamente repobladas" como las de Monterrei y Lobios, con un trabajo "fantástico" de las comunidades de montes durante años, lo que ha dejado una sensación de desolación entre los vecinos.