Un informe presentado ayer por la CIG y elaborado por su Gabinete Técnico Confederal presenta la realidad de un provincia en caída libre en la que, desde 2009, se perdieron un total de 17.251 vecinos, la mayoría de ellos jóvenes; uno de cada tres habitantes tiene más de 65 años; disminuyó un 24% la población activa, mientras aumenta la precariedad laboral. Como dato negativo de esas más de 17.000 personas que se fueron en los últimos años buscando un futuro, tenían entonces entre 15 y 35 años.

La técnica de la CIG Natividad López y el secretario comarcal de CIG-Ourense, Etelvino Blanco, presentaron ayer los datos de un informe de "paro, precariedad, emigración y envejecimiento de la población".

Las conclusiones son poco halagüeñas, pues opinan que "la crisis no sólo expulsó de la provincia de Ourense una importante cantidad de personas jóvenes sino que agravó el problema demográfico ya existente en Ourense".

Eso produjo además "que cambiaran las condiciones de trabajo de una parte importe de las personas ocupadas así como los trabajadores, con jornadas parciales de los contratos cada vez menores, hasta convertirse los de una semana en los más numerosos, con los consiguientes efectos adversos sobre los ingresos salariales de la clase trabajadora", explicaron ayer.

Añaden en las conclusiones de su informe que más del 19,2% de las personas asalariadas no consiguieron la mitad del Salario Mínimo Interprofesional el año 2014, lo que significa menos de 1.954 euros brutos al año.