Tony Ferrer lleva años plasmando un nombre propio no solo en la provincia de Ourense, sino también en el resto del mundo, como él mismo afirma: "En Estados Unidos, hay un despacho con una de mis obras". Una de las más conocidas en la contorna es el busto que rinde homenaje a Manuel María, hombre de las Letras Galegas en este año 2016, en Monforte de Lemos. Admite que lo que lo enganchó a este mundo del modelaje fueron sus buenas destrezas cuando cursaba Artes Plásticas, aunque ya de pequeño hacía malabarismos con la plastilina. El salto de gigante lo dio al conocer a su maestro, Manuel García de Buciños.

No esconde, literalmente, su afán por materializar los cuerpos femeninos: "Las curvas de las mujeres son otra historia, me transmiten otra ternura". Para él, "las mujeres son mucho más interesantes que los hombres". A pesar de no estar trabajando en la actualidad concretamente en ningún pedido con fuerza, el escultor sigue haciendo lo que más le gusta: "Soy un poco todoterreno, y ahora estoy haciendo algunas cosas para bodas y demás eventos? siempre estoy haciendo cositas". Y, para más inri, ya tiene en mente varios proyectos: "Quiero presentar muchos proyectos y ojalá lleguemos a buen puerto si el país nos lo permite". "Cositas" que guardan todas ellas una relación, que es el material del que están hechas: el bronce, por la influencia de Budiño: "Él me fue transmitiendo todos los conceptos, aparte, me llena, me transmite ternura? la pátina me parece el alma de la escultura". Más allá de usar un solo material, la variedad la encuentra por otro lado: "Yo soy un artista superpolifacético: sé hacer un vaciado, una cera, un repasado, una soldadura? desde el modelado hasta el remate, lo gestiono todo". Se considera una persona afortunada porque siempre ha hecho aquello que quería hacer: "También a nivel político, cuando he propuesto algo, se me ha concedido; incluso se me han hecho homenajes públicos".

Sobre la importancia que se le está dando a la escultura en la actualidad, se muestra tajante y cree, haciendo una "crítica cariñosa", que lleva mayor protagonismo el "modernismo, la fotografía y lo abstracto" de forma no tan justificada; ya que su propia escultura "te llena de sentimiento y nadie tiene que explicarte lo que es".