"En Ourense, como en todas las ciudades, debería haber un plan de accesibilidad. La mayoría de quejas son por portales con muchas escaleras en el acceso. También por terrazas, pero el problema es que, aunque la ordenanza dicte algo en concreto, no hay un seguimiento posterior por si se cumple o no la ordenanza, es complicado. Las ciudades están llenas de barreras y el tema de transporte no está solucionado".