"Desde que el caso ha saltado a la opinión pública no paran de llegarnos mensajes contándonos cosas que el podría estar haciendo con los perros", explicaba María del Campo, presidenta de Progape y una de las personas que descubrió el sábado esta finca en la que una veintena de perros vivían hacinados. "Son cosas muy fuertes que aun estamos investigando y que debemos comprobar", aseguraba. Pero que de demostrarse ciertas, "las incluiremos en la denuncia que pensamos presentar", declaraba. "Para el Seprona si los perros no son golpeados parece que ya no hay maltrato, pero las condiciones en las que estaban los animales podrían haberlos conducido a la muerte y eso podría ser tipificado como delito por el juez", argumentaba.

El dueño de la finca de San Miguel de Armeses, en Maside, en la que el fin de semana aparecieron una veintena de perros en estado de desnutrición y muchos de ellos infestados de parásitos, había quedado en entregar a Progape, a cinco de estos canes ayer, tras la negociación con su presidenta María del Campo. "A mediodía me llamó y me dijo que no me los iba a traer", explicaba la representante de este colectivo. "Dijo que nos habíamos pasado mucho al hablar con la prensa y contar el estado en el que encontramos a los perros", explicaba. Finalmente, horas más tarde, el propietario se ponía en contacto de nuevo con Progape para comunicarles que había cambiado de opinión: "Ahora dice que nos los trae en dos días, yo ya no sé que pensar", reconocía del Campo.

"Teníamos pensado ir a denunciarlo esta mañana (por ayer), pero decidimos esperar para ver si nos entregaba a algunos de los perros y demostraba algo de buena voluntad", explicaba del Campo en relación a la decisión de presentarse como acusación particular, junto a Pro Animales Carballiño y al grupo ecologista Outeiro, en este posible caso de maltrato animal, a pesar de que Seprona no habría visto delito. Y primero, "lo único que hizo fue enfadarse y argumentar que él tiene una reputación", aseguraba. Además, según la versión de María del Campo, el propietario de la finca la habría amenazado con denunciarla, por entrar en su propiedad sin permiso. "Yo le dije que adelante y él me contestó que tuviese cuidado porque tiene muchos amigos", relataba la presidenta de la protectora. Sin embargo, horas después le aseguraba en un mensaje que además de llevarle los perros, ya está trabajando "para mejorar" el estado de los que se quedaron. A pesar de su cambio de actitud, desde la protectora aseguran que su intención de denunciar se mantienen y que se personarán en el juzgado "esta semana".