Hay razones para múltiples faltas administrativas que acarrearán multa, pero en un principio el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil no ve delito de maltrato animal por la reclusión en una finca de San Miguel de Armeses, en el concello ourensano de Maside, de una veintena de perros desnutridos, llenos de parásitos y mezclados incluso con un cerdo vietnamita y un jabalí que les disputaban su sustento: conejos muertos. Termine o no el informe del Seprona en la vía penal, la protectora de animales de Ourense, Progape, la asociación de O Carballiño y el grupo ecologista Outeiro presentará esta mañana una denuncia y se constituirán como acusación particular porque sí ven maltrato animal en la parcela donde el sábado descubrieron una escena dantesca: canes desnutridos, otros con el vientre hinchado por las lombrices, varios atados o en casetas en condiciones de hacinamiento, algunos comiendo piedras o sus propias heces. "Es una favela de animales", describían.

"Para el Seprona no hay delito porque se basan en que los animales tenían agua y comida. Pero es que el propietario reconoce que les echaba conejos que habían muerto por enfermedad, la diarrea hemorrágica. Y además, que no exista una situación de peligro inminente de muerte no quiere decir que no lo vayan a hacer en días o semanas si las cosas no cambian", explicaba ayer María del Campo, presidenta de Progape.

El criterio de los animalistas es que sí existiría un delito de maltrato, por omisión. "No se les presta auxilio, estaban al sol, llenos de parásitos, sarna y heces, algunos ya mayores comidos por las moscas. Hoy -por ayer- fuimos testigos de cómo uno casi se mata con el cerdo por la comida". Para los denunciantes es un indicio más que el dueño de los perros, usados para la caza, reconociera la clase de comida que les daba, conejos de su cría que morían enfermos.

El propietario fue identificado por los propios animalistas. Al parecer, se trata de un joven que tiene un local de hostelería en O Carballiño. Carece de permiso para armas, según él mismo dijo, pero tenía a los perros para la caza. Según la versión de la protectora, fueron los animalistas quienes averiguaron quién era el dueño, le dieron el contacto a la Guardia Civil e incluso unas indicaciones de dónde localizarlo ayer domingo.

El sábado no fue posible la inspección de la finca porque el Seprona no estaba disponible. Tras descubrir la finca, los animalistas se pusieron en contacto con la Policía Local de O Carballiño. Los agentes del servicio de naturaleza de la Guardia Civil se personaron finalmente ayer, a las 8.15 horas de la mañana.

Según la versión de la protectora, los guardias localizaron al propietario de la finca y lo requirieron para que se personara en el cuartel de O Carballiño. Allí tuvo lugar, siempre según esta parte, la toma de declaración del dueño. Terminada esta diligencia, los agentes y el particular acudieron juntos a la finca de San Miguel de Arneses que tiene alquilada y donde guarda los canes. El dueño abrió la puerta a los guardias y también permitió el acceso de las animalistas, que han dedicado unas 12 horas de su tiempo libre, entre el sábado y ayer, para buscar una solución a estos animales.

La impresión de abandono y falta de cuidados que habían observado el sábado, desde fuera del recinto, se multiplicó al recorrer la instalación, donde varios de los animales estaban atados y otros hacinados. En total, convivían 26 canes entre 21 adultos y 5 cachorros, junto a un jabalí, un cerdo vietnamita y otro cruzado. Solo 4 de los perros tenían chip.

La responsable de Progape dice que el dueño reconoció que los animales no se encontraba en las mejores condiciones porque en los últimos días no había tenido tiempo, según su versión, a atenderlos.

Una veterinaria hizo un primer informe en el que aconseja un cambio de las condiciones de vida de los animales. Explica María del Campo que "hablando con él conseguimos que nos cediera a una madre que había parido hace dos días con sus 5 cachorros, así como una pequeña mestiza. Les cortamos el pelo, bañamos, desparasitamos y acicalamos". "Mañana -por hoy- él se comprometió a traernos otros 4 adultos: 3 hembras y un macho. A la madre quiere recuperarla, pero le pedimos que esperara al menos los 2 meses de lactancia".

Pese a la acogida en la finca quedarían aún 15 animales. Aunque el joven dijo carecer de licencia de armas, asegura que tiene tal cantidad de animales para al monte con ellos, siendo muchos donaciones de cazadores. A los cerdos les buscará destino el Seprona. "Según él, los rescató, curó y guardó allí. Nosotros tememos que fueran para adiestrar a los perros".