La mejora y humanización de la calle Concejo que realizan conjuntamente el Concello de Ourense y la Diputación empieza a cobrar forma cuando ya se han cumplido cuatro meses de obras en los que el vial ha estado cerrado al tráfico. Las nuevas aceras están ya terminadas y se ha ejecutado la renovación parcial del firme. Desde el Concello aseguran que los trabajos "avanzan con la normalidad prevista", por lo que se espera que estén finalizados en septiembre. El grave deterioro que presentaba el vial adoquinado hacía urgente desde hace años la intervención en esta calle, que soporta una importante densidad de tráfico diario.

Desde hoy las obras se centrarán en la reconstrucción del pavimento de la calle Alameda do Cruceiro, al lado del parque infantil, por lo que no estará permitida la entrada ni la salida de vehículos al menos durante dos días, que es el plazo máximo que la empresa adjudicataria estima para acometer la demolición del firme existente, la colocación del borde de la acera y la reconstrucción del pavimento.

Los técnicos municipales señalizaron este corte desde ayer con avisos en los portales marcando como días de cierre el 11 y 12, con la previsión de que esté abierto el fin de semana. Los peatones tendrán garantizado el acceso mediante un corredor provisional, si bien se les aconseja mantener las precauciones por el peligro que suponen las obras ante posibles caídas.

Este proyecto y la rehabilitación del Ponte do Milenio, cerrado al tráfico desde finales julio, han obligado a reordenar el tráfico rodado en el centro, lo que genera dificultades circulatorias, especialmente en las horas puntas. En el caso de Concejo, el plazo de ejecución es de seis meses y no se han registrado retrasos ni contratiempos, por lo que se mantiene la previsión de que las obras finalicen durante el próximo mes de septiembre. Será entonces cuando la calle Concejo vea la luz con una nueva imagen.

Es lo que desean los propietarios de establecimientos comerciales, residentes y usuarios que desde finales de marzo soportan constantes ruidos de maquinaria y se ven obligados a utilizar pasos provisionales e incluso a caminar por la zona de obras. De hecho, parte de la complejidad de este proyecto radica precisamente en que se trata de una zona sensible en la que, además de la Biblioteca pública, la jefatura territorial de Educación, el Colexio Oficial de Abogados y el Fogar do Maior de la Xunta, está el centro de salud que sigue funcionando como centro de especialidades y es el Punto de Atención Continuada, PAC, de referencia para todo el municipio. Las ambulancias, al igual que los vehículos de carga y descarga y los usuarios, acceden desde Xoán XXIII.

En todo caso, los perjuicios temporales que arrastra la ejecución de este proyecto son el peaje necesario para lograr la ansiada remodelación de la calle, cuyo aspecto puede avanzarse ya por el estado en el que se encuentran las obras.

Las aceras de ambos lados están finalizadas, después de que ayer los operarios trabajasen a todo ritmo para finalizar el último tramo entre la Biblioteca Nodal y la esquina de Xoán XXIII. El proyecto se fijó como objetivo humanizar la vía y una prueba de ello está el ancheado de las aceras y la modificación del paso de peatones que conecta el antiguo Pazo de Xustiza con la calle Habana, en el que la acera se ha ampliado invadiendo parte del vial y cerrando al máximo el paso de los vehículos para dar prevalencia al peatón.

El deterioro del adoquinado, uno de los principales problemas que presentaba esta calle, está resuelto también. En el primer tramo entre Concepción Arenal y Alameda do Cruceiro se ha sustituido ya por suelo asfáltico. En la última fase se instalará el alumbrado y el mobiliario urbano.