Ourense ha sufrido en este mes de julio una ola de calor que elevó el termómetro por encima de los 40 grados, alcanzará hoy una máxima de 37 y no ve llover en la ciudad desde el 17 de junio. Y sin embargo, estos rigores del tiempo son mejores que los del año pasado, cuando la sequía y el calor se habían manifestado mucho antes: no cayó una gota desde el 9 al 30 de mayo, desde el 1 al 12 de junio, desde el 15 de junio al 30, y desde el 2 de julio hasta finales de ese mes de 2015. El contraste se refleja en los datos sobre las reservas de agua en la cuenca hidrográfica de la práctica totalidad de la provincia, la Miño-Sil. La media de almacenamiento en las presas de Ourense se situaba ayer en el 81,16 % de la capacidad total, con 2.458,03 hectómetros cúbicos sobre una capacidad de 3.028,44.

El nivel acumulado a estas alturas del verano supone más de 11 puntos por encima de la media histórica en estas fechas obtenida de los valores de los últimos 10 años. Dicho promedio está situado en el 69,54 %. El estado de las reservas en embalses y pantanos "indica que llevamos un año hidrológico dentro de los límites normales pero moderadamente húmedo", según la valoración hecha ayer por la Confederación Hidrográfica Miño-Sil.

Lloverá menos de lo normal

La previsión estacional de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) expresa que hasta el 30 de septiembre hay un 20 % de probabilidad de que la precipitación sea superior a lo normal para esa época del año, mientras que las opciones de se ajusten a lo habitual para la estación son de 35 %. Según la misma fuente, las probabilidades de que llueva de aquí a finales de verano menos de lo normal se sitúa en un 45 %.

Atendiendo a este pronóstico, el descenso de las reservas hídricas podría acrecentarse en los dos meses que restan de periodo estival. La sequía es un fenómeno extremo caracterizado por un periodo con valores de las precipitaciones inferiores a los normales. Se asocia con la ausencia de agua en sus distintas facetas, no solo con la falta de lluvia, sino también con la reducción de la humedad del suelo y con la disminución de reservas en embalses y acuíferos.

Con el promedio de esta semana, la reserva de la cuenca del Miño- Sil supera el 81%. Hay varios embalses que se encuentran casi al límite de capacidad, sobre todo los construidos sobre el Sil: Peñarrubia (95,7 %), Portas, en el río Camba (94,1 %), Montefurado, en el Bibei y el Sil (94 %), así como Santo Estevo y San Pedro, ambos en el Sil, cargados en un 91,7 y 90,9 %.