El autor de este encierro que mantenía en vilo al cierre de esta edición a toda la ciudad es un funcionario que llevaba mucho tiempo viviendo en ese edificio, un vecino discreto, que se había divorciado hace más de veinte años "y que no había dado ningún problema nunca; de hecho es tranquilo y educado", según un residente en la zona. "No teníamos ni idea de que tuviera afición alguna a las armas, ni que fuera cazador, solo es aficionado a las motos", explicaba.

Los vecinos del inmueble que no se encontraban en su casa a la hora de producirse el suceso y ser acordonada la zona y que intentaron acceder a la viviendas no pudieron entrar en sus domicilios como medida de precaución por parte de los agentes.

Algunos seguían esperando la resolución de un caso que en los primeros momentos se temía que se hubiera producido con un rehén en el interior, la novia del hombre. Esta posibilidad se descartó a las pocas horas para poder volver a sus casas en una noche larga en este barrio ourensano.