La noche del viernes fue tensa en la aldea de O Rosal, un núcleo de 240 vecinos del concello de Oímbra. Las llamas se aproximaron peligrosamente a la primera vivienda de la localidad, sobre las 23 horas, pero los brigadistas y trabajadores del servicio de extinción lograron cerrarles el paso. Durante 12 horas, desde su inicio a las 17,30 horas a escasos metros de la A-52 en Vilaza (Monterrei), hasta que la Xunta lo dio por estabilizado a las 5,30 de la madrugada del viernes al sábado, el frente arrasó 145 hectáreas, 12 de ellas de arbolado, según los datos provisionales de Medio Rural. Pero además las llamas malograron diversas viñas de particulares y de alguna bodega de la DO Monterrei. El avance del fuego fue voraz por el efecto del viento, con rachas máximas de 38,5 kilómetros por hora. Las llamas se propagaron a un ritmo de 12 hectáreas calcinadas cada hora. El paisaje que queda es un negro desolador.

Ayer hubo un pequeño rebrote

"El viento cambiaba de dirección, soplaba fuertísimo; parecía que el monte tuviera gasolina", describía ayer la alcaldesa de Oímbra, Ana Villarino (PP). El fuego pudo aplicarse sobre las 12 de la noche del viernes, aunque la vigilancia permaneció durante toda la noche. Ayer por la tarde, dentro del perímetro que ya había ardido, se registró una columna de humo que volvió a movilizar a la BRIF con base en Laza y a un helicóptero. La alerta se atajó rápidamente.

El incendio comenzó en Vilaza a las 17,30 horas del viernes, en la misma parroquia de Monterrei que ya había registrado otros tres fuegos en los últimos días, lo que hace sospechar a los dos regidores de un origen intencionado. "Esto no fue fruto de la causalidad". Monterrei y Oímbra pertenecen al distrito forestal de Verín, el más castigado por los incendios de toda Galicia y el que mayor número concentra de las llamadas Parroquias de Alta Actividad Incendiaria (PAAI).

El frente se propagó con rapidez, por culpa del viento, pese al amplio operativo de medios, incluidos varios aviones de refuerzo enviados por el Ministerio de Medio Ambiente, desde las bases de Labacolla (A Coruña), Xinzo y Matacán (Salamanca), así como la propia BRIF de Laza. Según los datos totales de la Xunta, llegaron a participaron en distintos momentos del operativo un técnico, 11 agentes forestales, 19 brigadas, 12 motobombas, 3 palas tipo "bulldozer", así como 10 helicópteros y 4 aviones.

Franjas de protección a viñas

El fuego calcinó vides o las daño por el calor de la combustión. De poco sirvió la franja de terreno limpio que muchos particulares prepararon en torno a sus parcelas vinícolas. "A un vecino de O Rosal el fuego le llegó a la viña tras saltar más de 7 metros de un perímetro de seguridad de terreno limpio", subrayaba ayer la alcaldesa.

Ayer por la mañana, los brigadistas regaban en un intento de proteger los límites de las viñas. Además, la regidora pidió a la conselleira de Medio Rural que el despliegue de maquinaria para cortafuegos se aprovechara para abrir franjas de seguridad en torno a las parcelas, como medida preventiva de cara al próximo fuego. Villarino visitó ayer los terrenos afectados por el fuego en su municipio. Los daños en terrenos dedicados al cultivo del vino tendrán que ser cifrados, pero a buen seguro estropearán "un año que ya no había sido bueno por las lluvias. Ahora que las uvas estaban verdes y bonitas, este incendio ha afectado bastante. En algunas viñas, quedaron totalmente desolados varios vieiros".

Por otra parte, el Comité Intercentros del personal laboral de la Xunta ha pedido que se investiguen las causas por las que seis brigadistas resultaron heridos en los incendios registrados en Ribas de Sil (Lugo) y Lobios (Ourense), en siniestros ocurridos esta semana. Exigen una "rápida investigación" de las causas de ambos accidentes, así como un plan de acción y protocolos para "atajar nuevos sucesos similares". Además, piden "prudencia" a los compañeros .